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miscelánea

leo en los comentarios al blog del diario de un consumidor en paro (realmente hay que reconocerlo, el tipo es muy bueno) una de esas curiosidades a las que nunca pensé encontrar explicación: ¿por qué a las modelos de los concursos de miss "loquesea" les hacen preguntas culturales (recordemos el celebrado asunto de "ah, rusia, es un país muy bonito donde hace mucho frío")? pues la respuesta es tan sencilla como lógica: para poder verles la dentadura sin tener que pedírselo... es un método tan retorcidamente cabrón que su inventor debería figurar en los créditos de los concursos: "encargado de que las señoritas muestren los piños educadamente"; para alguien que como yo tiene unos piños "peculiares" (2 años con un aparato de tortura de esos sólo consiguieron que aún hoy tenga pesadillas por las noches en las cuales los alambres se me incrustan en las encías y soy incapaz de hacer otra cosa que no sea gritar), la cosa tiene un componente sado especial; si eres una de esas personas con una dentadura perfecta (dientes blancos, bien alineados y proporcionados) nunca piensas en cómo saldrás en las fotos o en qué opinará de tí esa persona que acabas de conocer y que te llama tanto la atención cuando te vea sonreír o algunas menudencias más que a los treinta ya carecen de importancia pero a los catorce se llevan un poco mal (y a los 17 e incluso más allá, si me descuido); sí, el mundo se divide entre los que pueden sonreír sin temor y los que ponen/mos la mano delante de la boca al reírnos para que no se vea demasiado el desaguisado con el que nos ha obsequiado la madre naturaleza;

ahora que ya he revelado que soy una especie de freak traumatizado por algo trivial (o quizás no), pienso que yo mismo me fijo rápida e inconscientemente en la sonrisa de las personas que acabo de conocer con la idea de hacerme una primera opinión de referencia: hay sonrisas de autosuficiencia, sonrisas muy tímidas inicialmente que luego desbordan de tan hermosas, muecas de desencanto que pretenden pasar por expresiones de alegría, rictus de ira travestidos de risas nerviosas, bocas como líneas que ocultan un volcán de ironía en su leve curvatura de la parte superior del labio y también, como no, sonrisas francas que revelan cuando alguien es transparente y sin dobleces, aunque haya buenos actores cotidianos capaces de emular este tipo de gestos con elevados grados de perfección (también se les reconoce con facilidad por hacer uso excesivo de ellos); en el fondo, seguro que algún psicólogo me diría que una buena dentadura evoca una buena salud (que es en definitiva la argucia biológica que conocemos como "belleza") y que tener una dentadura singular provoca cierto rechazo en los demás al sugerir algún grado de enfermedad en la persona mal dentada...me despido con una hermosa instantánea que pretende llegar al fondo de la cuestión:



y un link fundamental: servicio de estiramiento de sonrisa

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