un día en paredes de couraEl pasado miércoles estuvimos en
Paredes de Coura (Portugal, a unos 20 km de la frontera con Tuy) para asistir a los conciertos de: Alisdair Roberts, the futureheads, hot hot heat, the arcade fire, the roots, queens of stone age, y los pixies.
Alisdair estuvo muy muy bien, en un escenario pequeñito, muy recogido, con árboles que daban una sombra muy de agradecer a las 17.30 que empezó su concierto. Una guitarra, una voz extraordinaria y un cancionero "murder ballads" que recoge la tradición escocesa sobre el tema de los asesinatos desde hace siglos: un curioso contraste entre la música -cristalinos arpegiados de guitarra con tímidas líneas de bajo- y las letras, lo que pude entender de ellas, ligeramente siniestras.
Los futureheads, hipervitaminados y supermineralizados, tocaron cuarenta minutos de electrizante power-pop¿-punk?, con un conjunto de canciones divertidas, saltarinas, con el punto justo de rabia y diversión. Alguien mucho más versado que yo sentenció: "una mezcla de la actitud de los clash y el repertorio musical de los jam". Vigorizantes.
Hot hot heat un coñazo, salvando un par de canciones. No sé que decir de ellos porque me pasé su concierto leyendo el folleto del festival.
Tras ellos, el motivo principal para acercarnos al festival: the arcade fire defendiendo en directo las diez canciones perfectas de "funeral". Extraordinarios. Magnéticos, épicos, desarrollando todas las posibilidades de su cancionero y poniendo un saludable punto de locura sobre el escenario. Disfruté todo lo disfrutable y algo más. Quiero volver a verlos!!!
Al acabar éstos nos fuimos a cenar -muy bien organizado el tema de la comida y la bebida: todo muy decente y asequible económicamente- mientras sonaban the roots; según las voces autorizadas, hip hop hecho sólo con instrumentos analógicos: guitarra, bajo y batería. Interés a priori: cero.
Al terminar de alimentarnos nos acercamos a ver que pasaba con queens of stone age. Interés a priori: menos que cero. Para nuestra sorpresa se había acumulado tal cantidad de gente que en el escenario principal tocábamos a unos 40 cm cuadrados de terreno por cabeza. Todos apiñados como si hubieran aplicado una especie de prensa hidráulica hasta quitar todo el aire entre la gente. Al sonar la primera nota de la primera canción -y casi empezar a sangrar por los oídos por la presión sonora- ya me di cuenta de que aquello no me interesaba nada. Una mirada rápida a mi alrededor y vi mi cara reflejada en varios de mis acompañanantes. Haciendo un poco de fuerza comenzamos a salir de allí con el segundo tema mientras, al pie del escenario, una polvareda considerable nos decía que había gente que 1) estaba disfrutando del concierto y 2) pronto pasaría por el servicio de urgencias del festival. Sentados en la zona de comidas tomando un cafecito, oíamos el concierto con considerable nitidez. Muy pesados, muy coñazos.
Finalmente, los pixies. Los allí presentes hacíamos cábalas sobre el grado de acabamiento de Black Francis y Kim Deal, sobre los indies que no iban a repetir los errores de los grupos-dinosaurios e iban a saber retirarse a tiempo, y sobre las bandas que hace quince años parecían firmemente dispuestas a no hacer concesiones a la comercialidad más bastarda ni a parecerse a u2. Tonterías. El público presente era menor que con las reinas del coñazo metálico de la edad de piedra, pero aún así la sensación era de estar atascado en un ascensor con 20 tipos leyendo el cartelito de "max. 4 personas". Empezaron bastante tranquilos, encandenando varios de sus hits más melódicos -el delirio con "here comes your man"- para ir subiendo de vueltas conforme pasaban las canciones. Tocaron una buena cantidad de temas de todos sus discos. Entre el griterío de una multitud que se sabía TODOS ellos creí reconocer "debaser", "wave of mutilation", "monkey gone to heaven", "vamos" (el delirio de nuevo), "gouge away", "allison", "la la love you", "is she weird", "down to the well", "subbacultcha", "space (I Believe in)", "Alec Eiffel" o "motorway to Rosswell". No sé cuantas canciones llegaron a tocar (¿40? ¿50?), pero recordé
dos tres cosas: 1) cuánto me gustaban los pixies, 2) cuanto tiempo sin escuchar sus discos!!! y 3) semejante discografía es inatacable: aunque estuvieran sacados del geriátrico y conectados a un gotero y a una máquina de respiración asistida (ay la voz de Kim, cómo se fue deshinchando) todo el mundo empezaría a dar botes al comenzar "debaser" o "wave of mutilation" o "vamos". A veces la nostalgia no es un fraude.
(De vuelta del concierto alguien me dijo: "Black Francis es el Brian Wilson de los 90", y, justo en ese momento, lo creí. A la mañana siguiente me sobrevino un poco de escepticismo.)