patio del colegio, 12.00 pm
casi mil personas en silencio durante unos quince minutos, mirándonos unos a otros, situados alrededor del patio; niños de tres, cuatro, cinco años con carteles de "paz"; el silencio, el frío, la espesura de nuestro dolor, todos arrimados unos a los otros buscando algo del calor que se nos ha ido del cuerpo tras el día de ayer; gaviotas sobre nosotros, algún avión y al fondo el ruido de la avenida del aeropuerto; allí estábamos, sintiéndonos solos, tristes, encogidos, perdidos;
mi incapacidad para explicarles ésto a mis alumnos;
mi impotencia para decirles que este desorden del mundo no tiene solución; que sólo nos queda esperar que las cosas no vayan a peor;
mi estupor, amplificado a través de preguntas que me siento incapaz de responder: "¿y porqué alguien hace algo así?"
y los trenes que parecen plastilina retorcida
joder
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