van helsing
decidido a sacudirme de encima la etiqueta de intelectual-mod-snob que se me atribuye injustamente, la tarde del sábado, con media ciudad tostándose al sol me voy al cine a ver
van helsing
antecedentes: el director, stephen sommers, es el mismo que ha firmado dos obras maestras de la cinefilia palomitera contemporánea:
la momia y, oh sorpresa
la momia II; en el reparto, hugh jackman y una muy guapa kate beckinsale junto a una secundaria conocida por acá: elena amaya;
la película: el argumento es de una sencillez cuasi zen: en una europa de un tiempo que se parece vagamente a una mezcla de los siglos XVII a XIX, un drácula de movimientos algo amanerados y que habla como el nico de GHV decide que va a crear al monstruo de frankenstein, para, gracias a él, dar vida a los miles de hijos que tiene colgados del techo de su castillo como cestas de fruta esperando para madurar; para cumplir con sus terroríficos propósitos cuenta con la inestimable ayuda del hombre-lobo y de tres novias que, vestidas de época, suelen sacar las alas y ponerse a chuparle la sangre a todo quisqui mientras hablan como pijas madrileñas ante un escaparate de armani: sssi, mi tesssoro, siii (uhm, no me había percatado de esta conexión entre el mundo pijo y mi querido gollum); frente a este maquiavélico plan, la humanidad cuenta con la ayuda de una sociedad secreta cuyo cuartel general está en el mismísimo vaticano y que envía a una especie de héroe de facciones pétreas, sombrerito indiana jones y capita david delfín, dotado del más sofisticado armamento de la época (una ballesta de repetición, varios frascos de agua bendita envasados al vacío y diversas sustancias químicas cuyo uso será imprescindible en los momentos culminantes) para hacerle frente; en su camino deberá ayudar a kate beckinsale a conseguir que su familia entera vaya al cielo y no se quede en el purgatorio por ser incapaz de liquidar al malísimo drácula;
cómo se hizo: el director de fotografía de
el señor de los anillos (creo), el encargado de las peleas de
matrix (me parece), el responsable de los efectos de animación digital de
la liga de los hombres extraordinarios (sospecho), y, supongo yo, el guionista de
dos tontos muy tontos convierten en pulpa multicolor el legado dramático de toda la novela de terror del siglo XIX, creando un producto en el que uno pasa el rato contando las peleas que agotan todas las combinaciones posibles: drácula-van helsing, frankenstein-van helsing, hombre lobo-van helsing, novias de drácula-van helsing, hombre lobo-drácula, hombre lobo-frankenstein, frankenstein-drácula y así hasta completar dos horas de montaña rusa de efectos especiales y sensación permanente de (mal) videojuego diseñado para algún parque como disneylandia; porque la impresión general es de que por encima del homenaje o la parodia, aquí lo único que cuenta son los beneficios extracinematográficos que se intuyen casi en cada plano: figuritas de resina, juegos para la PS2, serie de TV, camisetas, gadgets, tazas de leche y así hasta el infinito...
conclusión: como suele ser frecuente en estos tiempos, la película es simplemente un medio para dar a conocer masivamente una
línea de productos comerciales bajo la etiqueta "van helsing"; por el interminable spot de dos horas y como excusa argumental se pasean algunos iconos del terror literario y cinematográfico clásicos, pero no nos engañemos, se parecen tanto a los originales como la serie
cuéntame a la españa de los años sesenta;
[para terminar: una cita, que sé que hay
gente a la que le encantan estas cosas:
El espectáculo, comprendido en su totalidad, es a la vez el resultado y el proyecto del modo de producción existente. No es un suplemento al mundo real, su decoración añadida. Es el corazón del irrealismo de la sociedad real. Bajo todas sus formas particulares, información o propaganda, publicidad o consumo directo de diversiones, el espectáculo constituye el modelo presente de la vida socialmente dominante.
(Guy Debord,
la sociedad del espectáculo, apartado 6 del capítulo I)]