porqué me hace gracia ben stillerLos cómicos son la clase de actores peor vistos por todos aquellos espectadores que se precian de tener buen gusto cinematográfico, un criterio estético, o, en el peor de los casos, incluso, una idea clara de que es el buen cine y que no lo es. A no ser, claro, que dichos cómicos sean serios y circunspectos (
Buster Keaton,
Harold Lloyd), en cuyo caso, esa seriedad
impostada puede alcanzar el sagrado rango de "lo
cool" (esa manera tan patética de exaltar la contención frente al exceso, lo racional frente a lo emocional, la distancia frente a la proximidad, en fin). Los cómicos, decían, tienen escaso prestigio entre el cinéfilo medio (yo creía
serlo hasta hace un par de años: otro síntoma más de una personalidad atrofiada y acomplejada), diría que incluso a alguna gente les molesta su éxito entre el gran público, su fama, su exceso de presencia. Personalmente, me ha costado admitir que me mola realmente
Leslie Nielsen (en especial toda la saga de "
agárralo como puedas"), que algunas payasadas de
Steve Martin pueden hacer que me muera de la risa de forma inexplicable, o que me he reído con las idioteces escatológicas de "algo pasa con
Mary" o con películas subnormales como "desmadre a la americana", "
porky´s" (de acuerdo, esta es una mierda completa), toda la saga de parodias tipo "
scary movie" y similares, o cualquiera de los
blockbusters de
Jim Carrey.
Sin embargo, mi gusto vergonzante por la payasada descerebrada ha alcanzado últimamente cierta satisfacción de sí gracias a un actor como
Ben Stiller. Casi sin darme cuenta me he ido viendo algo así como diez o doce de sus películas en los últimos diez años. Quizás estaba de hostia en "
reality bites", pero desde que lo vi enfundado en aquel inolvidable
chándal adidas en "los
tenenbaum" no he podido evitar simpatizar abiertamente con los personajes que ha venido interpretando desde entonces.
La primera vez que
ví "algo pasa con
Mary" estaba en plena etapa "soy un cinéfilo medio que aspira a estar por encima de estas vulgaridades" y fui incapaz de disfrutar del desbarre
total y de las cargas de profundidad que, bajo el manto del chiste grueso, la película disparaba contra los
films de amores adolescentes de toda la vida. ¿Quién soportaba el peso de la película? Él, el tipo capaz de poner la cara de idiota más lograda que he visto nunca. Si lo pienso y sumo los gestos de estupidez que he presenciado a lo largo de mi vida, los míos
incluídos, me sale algo parecido a su cara. El mamón que se cree guay. El capullo que piensa que está quedando de
cojones. El melón que está convencido de ser el colmo de lo
cool. Todos esos personajes son su especialidad. Los borda. Y nos reímos con/de él, porque, en el fondo, sólo nos está retratando a nosotros mismos, su público descerebrado que necesita chistes de calibre grueso y situaciones vergonzantes para exorcizar las variantes menos
exhibibles de la propia personalidad. Hay, por supuesto, en sus actuaciones, un exceso de teatralidad que lo pone continuamente al borde del histrionismo. Ese borde es peligroso, cruzarlo supone romper con la verosimilitud, convertirse en el actor que exhibe su conciencia de ser tal cosa. Pero es el juego con ese exceso el que da valor a las actuaciones del cómico. Es el correr el riesgo de resultar incómodo, molesto, desagradable o cargante lo que lo distingue del actor corriente y moliente. La bastada, el trazo gordo, el chiste fácil son insoportables para la mayoría de los actores. Los cómicos cargan con ello y la mayoría no salen indemnes de soportar tal peso. Que se lo digan a
Jim Carrey, que, de vez en cuando, se ve obligado a hacer películas "serias" para demostrar que es un buen actor.
Me gusta
Ben Stiller, no todas sus películas, pero sólo con verlo se me alegra la cara. Es una especie de reflejo ante esa mueca permanente de desconcierto/asombro que lleva a cuestas. Ha alcanzado cierta cumbre con su última película, "
tropic thunder", aunque ya anteriormente se salía en la bastante floja "matrimonio compulsivo" (¿la domesticación de los hermanos
Farrelly?) o en la
minisaga "los padres de ella/los padres de él". Da igual.
Ben Stiller, gracias por haberme hecho entender que lo peor de lo peor es avergonzarse de los propios gustos, pretender que uno está por encima de "lo que le gusta a todo el mundo", y, por encima, componerse una imagen falsa de uno mismo.
Hallellujah.