La estación de Otoño del festival Sinsalaudio 4.0 cerró el pasado martes con el concierto de Joan as policewoman en el auditorio Caixanova. Público numeroso que garantiza -espero- la continuidad de la propuesta sonora de nuestro colectivo musical favorito. Concierto algo menos atrevido que otros que han pasado antes por el cartel de las ediciones anteriores del festival, y, sin embargo, intenso y emocionante durante casi toda su duración. Los que hemos moldeado nuestro gusto musical siguiendo los electroshocks que descargaban tanto la sala Vademecum como el festival Sinsal, nos hemos acostumbrado a esperar lo inesperado, a encontrarnos de frente con acontecimientos excepcionales, con conciertos abrumadores y actuaciones sobresalientes en todos los aspectos. Sólo desde esta perspectiva soy capaz de comprender los comentarios de bastante gente que, al acabar el concierto salió algo decepcionada con Joan. Para mí, sin embargo, el concierto no desmerece para nada la trayectoria sinsalera. Un comienzo intimista a solas con el piano -quizás la parte más floja- para ir subiendo lentamente de revoluciones con la entrada en escena de su minibanda, un metronómico batería y una timburtoniana bajista de exquisita técnica. Desenfadada y divertida, parlanchina, desplegando lentamente los múltiples matices de su voz -registros fundamentalmente soul, con incursiones jazz- y las bondades de las elegantes canciones de su único disco hasta la fecha, alcanzó sus mejores momentos cuando se puso más enérgica, cuando dio más cancha a su lado menos pulido y elaborado. Las canciones me sonaron mejor que en el disco, quizás demasiado perfecto a nivel sonoro, demasiado arreglado.
Entre las anécdotas: el termo de ¿café? ¿té? ¿ponche? con el que se subió al escenario, sus opiniones sobre la expo que ha invadido las calles de la ciudad, sus recuerdos infantiles sobre Halloween, y un desagradable comentario de un espectador, que, intentando ser gracioso y enrollado acabó pareciendo gilipollas y maleducado.
Al final del evento tuvimos una divertida polémica detractores-entusiastas. Dije varias chorradas de las que me arrepiento ahora, pero en lo básico sigo pensando lo mismo: un buen concierto.
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