empieza la temporada (I)
Estoy de compras con A a mediodía. La sección de ropa de mujer de los grandes almacenes en los que me hallo es un espacio inmenso por el que pasea un ejército de mujeres que revuelve, contempla, observa, analiza, procesa, juzga y, ocasionalmente, compra. Hay un guardia de seguridad aburrido practicando varios tipos de bostezo. Hay un ejército de dependientas con exceso de maquillaje mal puesto. Hay un par de niños enfrascados en la lectura de una revista de videojuegos. Bailo con mi sombra el vals de la impaciencia: paso corto para adelante, paso largo para un lado, paso corto para el otro, vuelta sobre mí mismo, regreso a la posición inicial. A veces mi mirada coincide con la de alguien que está entregado a la tarea, pero bajo los ojos con rapidez, como si me huberan pillado en falta. Es mediodía de un viernes. No comprendo como alguien puede estar comprando ropa a estas horas. A estas alturas del año.
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