Gracias a Juanjo descubro el impresionante blog de Monsieur Tiffauges. Devorando las entradas del mes de junio me encuentro con una reseña del libro "el puer aeternus" que me hace pensar en la película de Gus Van Sant sobre el líder de Nirvana. En uno de los magníficos párrafos de su reseña dice Tiffauges:
Frente a la tierra y el árbol el niño será siempre lo que vuela y se desvanece, lo que pudiendo ser algo prefiere en cambio difuminarse en el juego para poder ser cualquier otra cosa. El arquetipo del niño eterno, que está muy acentuado en algunos tipos humanos, es, por tanto, un impulso que detesta la tierra y se entrega al vértigo irresistible de la transformación, al mundo evanescente del vuelo. Peter Pan ilumina como complejo psíquico el esplendor de la vida provisional, de lo inútil, frente a todo proyecto trascendente y meditado, de carácter personal o colectivo.
Peter Pan y Kurt Cobain. La infancia eterna tiene un precio muy elevado en los tiempos que vivimos.