Amosando publicacións coa etiqueta política de todo a 100. Amosar todas as publicacións
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bono maravillas
Hay políticos que no merecen tal nombre (bueno, diría un cínico, si tenemos en cuenta lo que es la política de partidos hoy día, sí que lo merecen). El actual presidente del parlamento español es un ejemplo de esa indignidad que recorre la vida política de arriba abajo y que contribuye de manera decisiva a que las personas no políticas la política termine pareciéndoles una historia de cretinos protagonizada por ladronzuelos de poca monta e ignorantes satisfechos de su condición. Que un político que se dice de izquierdas promueva el reconocimiento público de una monja, que se queje delante de sus rivales del rechazo que concita tal cosa en su partido y que, en tono "jocoso" les llame hijos de puta, es algo que entra de lleno en esa categoría tan extendida de política de república bananera. ¿Qué habría pasado si hubiera dicho en el mismo tono "jocoso", "esa monja hija de puta"? Al menos no sentiríamos la vergüenza ajena que nos ha producido toda esta historieta. Claro que, un tipo así, ¿puede producir alguna otra clase de sentimiento?
pijerío macarra
Este vídeo del pasado 24 de mayo me tiene alucinado:




[vía público]
la eurocámara pretende que los bloggers se inscriban de manera voluntaria en un registro en el que se informe sobre la identidad del autor, sus intereses políticos o sociales y la responsabilidad social de éste.

y todo ello por por iniciativa del grupo socialista europeo

[eso sí, lo de las 65 horas ya está camino de ser discutido en la eurocámara tras la abstención -entre otros- del ministro de trabajo español en el consejo de gobierno: adelante PSOE (hacia el abismo)!!!]
la españa profunda es inmor(t)al
En Morón de la Frontera (Sevilla) han nombrado alcaldesa honoraria a la virgen María Auxiliadora. Dentro vídeo:




La duda que me asalta es, y este alcalde ¿será de Rajoy o de Esperanza?
símiles cuasi-deportivos
Hubo una época en la cual los debates entre líderes políticos como el del pasado lunes se narraban en términos cercanos a los empleados en las crónicas de eventos deportivos. Sin embargo, a la vista de los -supuestos- debates celebrados hasta ahora, parece evidente que, si a algo se parecen estos espectáculos televisivos es al programa de lucha libre acrobática que se llama actualmente smack down. En dicho show, los protagonistas fingen zurrarse mientras sobreactúan de manera paródica. Juegan con el hecho de que el espectador sabe que todo es fingido, de que todo es una pantomima inmensa en la que, sin embargo, se arriesgan realmente en alguna de las enrevesadas acrobacias que realizan. Es decir, el interés no está en los supuestos golpes falsos que se reparten, sino en si fallarán en alguna de las acrobacias que realizan. El daño, por lo tanto, dificilmente surgirá de los puños del adversario sino de algún fallo de concentración en la realización de las coreografías.

Viendo a Rajoy y a Zapatero el otro día no paraba de pensar en los interminables combates que -por motivos que no vienen a cuento- presencié el verano pasado en la cadena televisiva cuatro. Mis favoritos, además del logorreico presentador Héctor del Mar, eran "El Enterrador" y "John Sena", cúlmenes de la atrofia hipermuscular por ingesta de anabolizantes y espectaculares danzarines capaces de saltos y volteretas totalmente imposibles. El Enterrador era, dentro del catálogo de luchadores, el personaje más carismático del programa. John Sena, eterno aspirante a alguno de los miles de títulos que ofrece el campeonato -todos los luchadores son reyes de alguna disciplina de nombre enrevesado- era una especie de demonio de Tasmania permanentemente enfurecido, un manojo de músculos en estado de máxima ansiedad. Cada cuál establecerá los paralelismos que crea convenientes, pero lo más interesante es que el espectador sabe desde el principio que, siendo todo fingido y los golpes deliberadamente falsos -Jesús García Requena diría que todos "fingen que fingen"-, existe un núcleo de verdad en el show, un centro irreductible de riesgo real que sobrevuela todo el tiempo las peleas impregnando de una especie de incertidumbre de fondo lo que debería ser un mecanismo de relojería.

A lo que quería ir. Los debates entre Rajoy y Zp beben de este sentido del espectáculo. No se golpean de veras con las cosas que duelen, no se pasan por la cara los males realmente hirientes que sostienen el sistema y que, en última instancia erosionarían irreversiblemente los papeles de ambos cuestionando sus posiciones. Al contrario, los golpes son medidos, coreografiados. Fingen que fingen que se enfadan, que se irritan o que se divierten. El golpe real, en todo este entramado en el que todo está calculado de forma obsesiva y paranoica sólo puede proceder de que alguno de ellos resbale y se de un golpe considerable ante el público que contempla el show. Los espectadores morbosos -como yo- estuvimos aguardando con paciencia el resbalón, el tortazo de veras que introdujera de alguna manera la dimensión de lo real en este monólogo a dos voces. En vano. El Enterrador y John Sena son dos simples aficionados. Que se pongan los vídeos de estos debates y que aprendan. Estos sí que saben.
dazed and confused

Así es cómo funciona actualmente la oposición entre la izquierda y la derecha: la nueva izquierda de tercera vía representa los intereses del capital como tal, en su totalidad (esto es, con relativa independencia de sus condiciones particulares), mientras que la derecha actual, por lo general, defiende los intereses de un estrato concreto del capital frente a otros sectores: es por esto, que, paradójicamente, para obtener la mayoría, necesita aumentar su base electoral apelando directamente también a partes escogidas de la clase trabajadora.
[...]
Si la "post-política" actual es un pragmatismo político sin principios, entonces la reacción predominante de la izquierda puede ser acertadamente denominada "oportunismo con principios": uno simplemente continúa con las viejas fórmulas (defensa del bienestar, etc.) y las llama "principios" ahorrándose el análisis detallado de cómo ha cambiado la situación, y conservando así su posición de Buena Persona. La estupidez inherente de la izquierda "con principios" se puede ver claramente en su crítica habitual de cualquier análisis que proponga una visión más compleja de la situación, renunciando a cualquier forma simple sobre cómo actuar: "no hay una postura clara en su teoría" (y esto viene de gente sin postura alguna excepto su "oportunismo con principios"). Frente a tal postura, se debería tener el valor de afirmar que en una situación como la actual la única manera de permanecer abierto a una oportunidad revolucionaria es renunciar a las llamadas simplistas a la acción directa que necesariamente nos involucra en una actividad en la que las cosas cambian para que la totalidad siga igual.
[...]
La única manera de colocar los cimientos de un cambio radical verdadero es apartarse de la compulsión de actuar, "no hacer nada", haciendo así espacio para un tipo de actividad diferente.

Slavoj Zizek, Irak. La tetera prestada.
debates entre robots
Vale. No queremos que gane Rajoy. El punto de partida está bastante claro. El problema es que a partir de ahí, qué, qué hacemos. La cosa política da la impresión de ser un bloque de hormigón, sólido y denso hasta extremos insoportables. Nuestro voto, semeja una especie de rascazo que podemos hacer sobre la superficie del bloque: una acción que con suerte nos dejará una uña rota y poco más. La política debería ser algo un poco más fluido, algo menos predeterminado, algo un poco más a salvo de la predecibilidad que las encuestas auguran. Dos bloques de hormigón colisionando. El lunes vi el supuesto debate entre las cabezas visibles de cada parte. Cemento armado en la pantalla del televisor. Monólogos cruzados. La política no puede cristalizar en este intercambio en el que no se intercambia nada. En esta disputa en la que una parte está furibunda porque considera que el poder es su lugar natural y quiere recuperarlo como sea. Esa parte da miedo de veras. Si uno se fijaba podía ver por el estudio las largas sombras de un pasado no tan remoto mientras el candidato furibundo inyectaba "¿a quien le interesan las cosas del pasado? a mí me interesa el futuro". Es fácil que el pasado no te interese cuando eres un beneficiario directo de él. Vale. No queremos que gane Rajoy. Etc.
perspectivas
Parece estar poniéndose de moda el sabotear actos políticos en las universidades. En los tres casos que conozco hasta la fecha, me sorprende, por encima de todo, las justificaciones que en varios foros de internet se pueden leer acerca de tales acciones. Tales justificaciones comienzan realizando una ligera crítica del acto en cuestión -generalmente porque le hacen un favor a los agredidos- para terminar diciendo algo así como que "se lo merecen por ser unos fascistas que vienen a la universidad a provocar". Mi asombro, en general, alcanza dimensiones mayúsculas ante esta clase de razonamientos que siempre terminan presentando como algo digno de ser elogiado el reventar una conferencia, una charla o un mitin. Detrás de tales acciones se oculta una lógica simplemente abominable que comienza convirtiendo al adversario en enemigo y al enemigo en una "cosa" que no tiene derecho ni a hablar ante sus propios seguidores. Así, uno puede insultar y amenazar con libertad en estas circunstancias , pues "las cosas" a las que se dirige la agresión están despojadas de su dignidad básica como seres humanos, no merecen ni el respeto básico de poder hablar ante un auditorio.

Los fascistillas "luchadores" que protagonizan estas algaradas pasan por "radicales" ante sus afines, pasan por ser tipos con un alto grado de conciencia social y política y, en el colmo del delirio incluso para algunos de sus seguidores devienen en una especie de mártires, en una suerte de luchadores ejemplares por la libertad de cuyo sacrificio ante las fuerzas represoras sólo cabe estar orgullosos.

Curiosamente sólo hay algo tan repugnante como sus acciones: el aprovechamiento que de ellas hacen los agredidos para lanzar una descalificación global de todos sus rivales políticos y presentarse como mártires de la libertad y de la defensa de la sociedad democrática. Y eso los equipara de una manera tan perfecta que, realmente, al ver a unos y a otros en cualquiera de los vídeos que andan por internet sólo pienso en decirles a todos ellos: "que se besen, que se besen, que se besen".
la era del apocalipsis
Desde siempre me han gustado los relatos sobre el apocalipsis. Libros, cine, cómics, esas cosas que, tras el disfrute enésimo fin del mundo, siempre te dejan con ganas de más. Accidentes nucleares, guerras mundiales, plagas venidas del espacio exterior, virus más peligrosos que un político en plena precampaña electoral, etc etc. Sin embargo, a base de extenderse como argumento secundario de relatos centrados en otras temáticas, el género se ha ido devaluando a gran velocidad. Lo normal es encontrarse de media unas cincuenta veces diarias -dependiendo de los medios que uno frecuente- historias detalladas del apocalipsis que está por venir. De entre mis fuentes favoritas destacaría: las páginas de economía de los periódicos, las secciones de sucesos de los informativos en los telediarios, las noticias sobre el exterior en cualquier medio y, mi preferido absoluto, la sección de política nacional en los medios digitales de derechas en internet. Las variedades de fin del mundo que manejan son tantas y tan amplias que desbordan con mucho la imaginación de cualquier escritor de ciencia ficción: terrorismo, delincuencia, inmigración, sanidad, política territorial, memoria histórica, derechos civiles, educación, religión, desempleo y un interminable etcétera de motivos configuran un discurso en el cual sólo hay una idea dominante: todo es terrible, y será infinitamente más terrible aún si nosotros (quiero decir, ello) no alcanzamos (alcanzan) el poder. Como por ahora da la impresión de que no lo van a lograr (crucemos los dedos), nos esperan, previsiblemente, otros cuatro años anunciando el fin del mundo. Siento un placer insano al intentar aventurar los nuevos argumentos de sus futuros vaticinios. ¿Qué nuevas proclamas nos aguardan tras haber agotado todas las variantes posibles del apocalipsis en sólo cuatro años? Por favor, que llegue ya el 9 de marzo, que seguro que a partir del día 10 empieza la fiesta!!!
fragmentos para un manual de emergencia del votante acojonado (I)
[una vez más Manel Fontdevila se sale en público]





de matones y hombres
¿Soy el único que percibe una simetría siniestra entre el matón del vídeo del metro y el presidente que subido a su avión salvó a tres bellas azafatas hispánicas de las garras de los salvajes africanos?



videos de tercera




Me pregunto en qué momento los dirigentes del PSOE tuvieron la nefasta idea de pelear con el PP con las armas de éstos. Este vídeo de apoyo a la asignatura "Educación para la ciudadanía" elaborado por las juventudes socialistas -cómo serán las senectudes!- provoca vergüenza ajena y rabia a partes iguales: ¿el hecho de que los unos vivan políticamente en las cloacas obliga necesariamente a los otros a bajar hasta ahí?

Señores socialistas, ahora que ya no está de moda: un poquito de por favor, joder, hostia, ya.
la estupidez como norma

El delirio buenrrollista de nuestras administraciones, empeñadas en demostrarnos que los ciudadanos somos una panda de tarados, parece ser un auténtico saco sin fondo en el que tirar miles de euros de la manera más ridícula posible. Me he enterado de que en mi ciudad existen unos cursos llamados "Vivir en parella é cousa de dous" promovidos por esa cosa esotérica que se llama concejalía de igualdad, que ofrece dos cursos exclusivamente para hombres en los que se enseñan cosas tan complejas como: a) planchar la ropa, b) hacer la comida, c) poner la lavadora y d) encender la aspiradora (nota: una de ellas es falsa). Otros dos cursos dirigidos exclusivamente a mujeres ofrecerán conocimientos tan sofisticados como: a) cambiar bombillas, b) arreglar enchufes, c) desmontar un grifo y d) poner en hora el microondas (nota: uno de ellos etc etc). Los otros dos cursos serán mixtos y ofrecerán instrucciones para la vida en pareja (este último promete!!!, aunque tanto buenrrollismo posiblemente los acerque más a un cursillo prematrimonial cristiano que a otra cosa). La concejala del ramo, mientras, superorgullosa de su tarea y con cara de estar convencidísima de que a este paso la igualdad real está hecha. Por diooooos...

La misma concejalía propone para dentro de dos meses otro supercurso: "supervivencia doméstica" dirigido a adolescentes algo perturbardos, supongo, y -ésto no lo dice- a todos aquellos que ignoran: a) que el dinero se acaba al gastarlo, b) que las cosas se ensucian/rompen/gastan al usarlas y hay que limpiarlas/repararlas/renovarlas, c) que telepizza no es la única opción para cenar y d) que los electrodomésticos pueden ser tus amigos si los tratas con amor.

Eso sí, de los cerebros que están detrás de este carrusel de genialidades, ni una palabra, no los vayan a reconocer por la calle.
castración química
Dentro de la variada gama de barbaridades que he podido leer/escuchar este verano por boca de los políticos propios y de los foráneos, reconozco un grado extra de estupefacción y horror ante dos momentos concretos: la entrevista, hace casi un mes, a Fraga en el diario "El País" (en la cual el exministro franquista de Información y Turismo se saca todas sus raídas máscaras de demócrata-a-la-fuerza) y la "brillante" idea de ese neocon francés con ropajes populistas de castrar químicamente a los responsables de delitos sexuales. Lo asombroso de esta idea que nos devuelve a unos cuatro mil años atrás en el curso de la historia (el código Hammurabi, 1790 a.C.) y que convierte a la justicia en una caricatura macabra de lo que debe ser, es que ha tenido un eco sorprendente por estas tierras. Una legión de "periodistas" y "pensadores" se han puesto a discutir sobre los posibles beneficios y perjuicios de semejante disparate como si fuera una "idea" en realidad y no uno más de los eructos del presidente francés tras una comida copiosa. ¿Alguien se imagina al presidente del gobierno pidiendo que consideremos que se le corten las manos a los ladrones o que se le saquen los ojos a los que ven pornografía infantil? ¿Alguien se imagina que pueda haber discusión sobre algo semejante? Por si los afines al presidente francés andan escasos de recursos, ahí van algunas líneas del citado código de Hammurabi que les pueden servir de inspiración:

_ Si un hombre ha ejercido el bandidaje y se le encuentra, será condenado a muerte.

_ Si un hombre ha acusado a otro hombre y le ha atribuido un asesinato y éste no ha sido probado en su contra, su acusador será condenado a muerte.

_ Si un hombre ha reventado el ojo de un hombre libre, se le reventará un ojo.

_ Si un hombre, tras la muerte de su padre, yace con su madre, se los quemará a ambos.

_ Si un hijo ha golpeado a su padre se le cortará la mano.

_ Si un señor abre brecha en una casa, delante de la brecha se le matará y se le colgará.

_Si se declara un incendio (fortuito) en la casa de un señor y (si) un señor que acudió a apagarlo pone los ojos sobre algún bien del dueño de la casa y se apropia de algún bien del dueño de la casa, ese señor será lanzado al fuego.
1 de mayo
Reducido a acontecimiento folcórico y excusa para hinchar el pecho con el recuerdo de viejos logros cumplidos, la celebración del uno de mayo se ha convertido en una fiesta absurda en la que hay poco que celebrar. Bajo la apariencia de una opulencia en ascenso progresivo se oculta una realidad lamentable en la cual los beneficios de las grandes enmpresas crecen casi al 15% anual mientras los salarios de los trabajadores apenas los hacen sobre el 2%. Pero no es el salario lo peor de toda la historia. Términos como eventualidad, temporalidad, trabajos-basura o flexibilidad laboral han invadido nuestro vocabulario y han colonizado nuestra realidad ante la mirada atónita de unas estructuras jurásicas que parecen reducir su función a gestionar los derechos de los más privilegiados (léase: funcionarios) mientras una masa inmensa de trabajadores desclasados y sin capacidad de maniobra colectiva se despeña por el abismo de las jornadas de doce horas, los horarios flexibles, los despidos sin indemnizaciones, la pérdida continuada de poder adquisitivo, los fantasmas de las deslocalizaciones, los contratos efímeros y la imposibilidad de fijar mínimamente alguna clase de aspiración de estabilidad vital.

Eso sí, en mi ciudad han puesto un millón de banderitas, que cuando se trata de dar color a las calles sólo la alcaldesa "popular" les iguala.
políticas de lo peor (y 2)
Leyendo las noticias que hablan de cómo la cúpula de la derecha española calienta motores de cara a las concentraciones del sábado, encuentro en Le Monde Diplomatique del mes de Marzo un artículo titulado "Zapatero y la herencia del franquismo" de Jose Manuel Fajardo en el que, de manera sencilla se data con exactitud el origen de toda esta marea de protestas callejeras, que con las excusas más variadas pretenden deslegitimar al gobierno actual desde hace ya tres años.

Bien podría decirse que la transición consistió, básicamente, en que los vencedores de la guerra civil aceptaron dejar de perseguir a los perdedores de la guerra a cambio de que éstos no les pidieran cuentas ni sobrepasaran ciertos límites. Es ahí, en ese momento histórico, donde está el origen de la crisis política que hoy atraviesa España.

El resultado de aquel pacto fue que la democracia se asentó por fin en territorio español, tras siglos de frustrados intentos, pero sin llegar a resolver el que ha sido el conflicto básico del país desde la pérdida del imperio en 1898: su definitiva configuración como Estado.
[...]
En realidad, la tarea emprendida por Zapatero no es otra que la de librar a la democracia española de los últimos condicionamientos del franquismo. La oposición del PP en este caso muestra el vínculo sentimental e ideológico que todavía ata a la derecha española con el pasado dictatorial, cuya condena explícita se ha negado a suscribir.

Mientras, el juicio del 11-M va derribando una por una todas las tesis de la conspiranoia. Enloquecidos, como gallinas descabezadas, los líderes populares jaleados por sus gurús ultras corren cada vez más deprisa hacia un abismo de profundidad incierta.

(Y que aburrimiento, por cierto, encontrárselos todos los días a todas horas derrochando bilis con rostro de ofensa perpetua en todos los periódicos y cadenas de televisión)
políticas de lo peor
La actual deriva ultra del partido popular comienza a ser realmente preocupante. Como si, perdido ya cualquier pudor anterior como vergonzantes herederos del franquismo que no pueden dejar de ser, hubieran decidido que la única idea correcta de España es la suya, la única forma adecuada de gobernar la de ellos y el único modo de gestionar los problemas más delicados fuera salir a la calle pertrechados de banderas preconstitucionales, pancartas y lemas insultantes y compañeros de viaje como la Falange y los simios de Ynestrillas. Así, tras las elecciones de hace tres años, perdido el poder en unas elecciones que siempre consideraron ilegítimas, comenzaron a amenazar con el apocalipsis cada semana: el atentado del 11-M, la ley de matrimonios homosexuales, la reforma de la ley de educación, la retirada de las tropas de Afganistán, la reformulación de los planes hidrológicos, la reforma del estatuto catalán, el plan para liquidar el problema etarra, etc, etc. Cada decisión gubernamental era continuada por una cascada de insultos, descalificaciones, movilizaciones callejeras y mensajes nada velados sugiriendo un gobierno ilegítimo, una catástrofe nacional, el final de la familia, el colapso de la sociedad y la llegada del anticristo a lomos de una bestia de once cuernos.

Incumplidas todas las profecías catastrofistas, sólo queda que ellos mismos las hagan realidad. Liquidada por la vía judicial la teoría de la conspiración del 11-M, cargan las tintas sobre el espinoso asunto del etarra en huelga de hambre, tomándolo como base para una nueva algarada callejera en la que unir sus manos con la de los cachorros de la ultraderecha a los que ya parecen haber adoptado como hijos propios. Este fin de semana, una luminaria de las letras españolas en la línea de los Pemanes y Ridruejos y compañía terminaba una columna periodística con una especie de nostalgia del golpe de estado, mientras los líderes de la derecha llamaban a "la rebelión cívica" por toda España. Un panorama absurdo e increíble para el año en el que estamos, en el que los hijos y nietos del antiguo régimen se llenan la boca de todo aquello que negarían encantados a los demás: libertad, democracia, respeto a los derechos del adversario, transparencia gubernamental, dignidad y respeto a las víctimas. Es tan obsceno que uno sólo puede sentir náuseas.
 

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