sobre la indefinición
Él me dijo, la verdad, no sé que clase de vida estamos llevando. Yo le dije, por? Él me dijo, tengo la sensación de que se nos está escapando algo, algo que es gordo y grande y sin embargo se nos está escapando. Yo le dije, haría un chiste fácil. Él dijo, ese es parte del problema, hacemos chistes de todo porque así nada parece tener importancia. Yo le dije, a ver. Él me dijo, nada parece afectarnos realmente, sólo lo que nos duele directamente, todo lo demás resbala sobre nosotros, por eso tengo esa sensación. Yo le dije, la anestesia tiene sus límites, incluso aunque uno la lleve puesta todo el día. Él dijo, espero que no sea demasiado tarde cuando descubramos lo que se nos está escapando. Yo le dije, ya es demasiado tarde para casi todo, eso es lo que me parece. Él me dijo, ya te estás quedando conmigo. Yo le dije, de verdad que no. Él me dijo, a veces tengo la sensación de que nunca vas en serio con nada, ni siquiera cuando quieres hacerme una broma, ni siquiera te tomas la broma en serio. Yo le dije, voy en serio casi siempre, pero parece que estoy de broma, cuando uno dice las cosas demasiado en serio tendemos a creer que está de broma. Él me dijo, a veces me pregunto de qué vas, siempre hablas como si no estuvieras aquí realmente. Yo le dije, yo también creo que a veces no estoy aquí o no del todo. Yo le dije, no sé a que se debe. Yo le dije, es como si me faltase algo. Yo le dije, algo importante, una pieza sin la cual estoy incompleto. Yo le dije, o muchas, no sé. El me dijo, te falta definición. Yo le dije, como a las teles. Él me dijo, como a una imagen de baja resolución. Él me dijo, odio esta clase de comparaciones. Él me dijo, odio esta clase de diálogos. Él me dijo, bah.
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