toses´r´us
en el pueblo de mediano tamaño en el que vivo se celebra cada año un festival de música clásica -denominado de manera esotérica are more- entre los meses de octubre y diciembre; no traen a los integrantes de esa especie de olimpo musical que son los pollini, sokolov, zimmerman, hendricks, norman, abbado, metha, etc, etc, pero sí viene gente muy interesante del peldaño siguiente o que oscila entre éste y el propio olimpo;
el miércoles pasado, sin ir más lejos, un pletórico Jean Yves Thibaudet construyó un auténtico milagro sonoro a partir del libro II de los preludios de debussy (la segunda parte, canciones de listz a partir de temas de óperas de wagner estuvo muy bien, pero era otra cosa); en medio de esos contrastes furioso entre pianísimos que semejaban el rumor del viento entre la hierba y la violencia desatada de fragmentos que imitaban alguna clase de cataclismo geológico, tuvimos la "suerte" de disfrutar de un concierto paralelo para 5 aparatos respiratorios tuberculosos, un móvil cantarín y dos cláxons de coches que pasaban por la calle y que se oían con una nitidez arrebatadora; para completar el cuadro, por los pasillos del teatro fraga (pese a la reforma, igual de decrépito que el político del mismo nombre) varias corrientes de aire frío le daban al concierto el punto surreal que le faltaba; en los bises, un nocturno de chopin magistral y una versión perturbadora del claro de luna de debussy; por suerte, la orquesta paralela había abandonado el teatro al terminar la primera parte: su intención era que cambiaran el nombre del festival are more, por el más ajustado toses´r´us;
el viernes cantó maría bayo; estaba en salamanca, pero los comentarios que he oído hablan de un concierto excepcional (hace dos años también arrasó, un concierto inmenso); y este lunes por la noche disfruté como un enano del ciclo de lieder winterraise de schubert sobre poemas de w. muller a cargo de mathias göerne, barítono, y alexandre schmalcz, piano; la falta de público(media entrada) no impidió la presencia de la sección tuberculosa, del inevitable cretino del móvil, y, oh, novedad, un fulano con una cámara que fue reprendido en dos ocasiones por el propio barítono (había un cartelón inmenso con la prohibición expresa de hacer fotos); el punto surrealista lo aportaron unas proyecciones en las que avisaban de que no se podía aplaudir hasta que acabar el concierto -gracias por tomarnos por gilipollas-, aviso que fue reforzado por una señorita que, antes del concierto salió al escenario para decir: "no se puede aplaudir hasta el final de la actuación"; obviamente se llevó un sonoro aplauso del que participé con cierto ánimo revanchista;
en fin, es vigo, no se puede pedir otra cosa... (mi abono de cinco conciertos incluye a david russell, guitarra, el 26 de noviembre y a ute lemper el 15 de diciembre, esperemos que la ola de frío haya remitido)
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