manifiesto político para 2009 (II)
La postura de la izquierda convierte la igualdad en un programa social. En el fondo, piensa que la igualdad también es imposible [como la derecha], pero apuesta por introducir algunas mejoras para limitar la desigualdad. Es un concepto limitativo de la desigualdad. Fundamental y subjetivamente, izquierdas y derechas están de acuerdo en que la igualdad es imposible. En la economía, la sociedad, la cultura, pero también en las relaciones transnacionales, etc. Llamaremos aquí postura de derechas a la que considera que las cosas están bien así y llamaremos postura de izquierdas a la que le incomoda esta situación y pretende limitar los efectos más devastadores de la desigualdad.
La tercera postura es la que yo sostengo y afirma que la igualdad es la situación normal. Por consiguiente, la desigualdad es una situación patológica y como tal hay que tratarla: examinar las causas, los síntomas, aportar un diagnóstico y un remedio. Como si fuera una enfermedad del cuerpo colectivo. Un terrible virus que mina el cuerpo de la colectividad y que hay que erradicar para que la igualdad funcione absolutamente como principio en las relaciones personales y entre las distintas colectividades humanas. [...] Hay gente que está a favor de la igualdad y gente que está en contra. Pero no es ésa la situación, se trata de algo más complejo. El problema no es saber si se está a favor o en contra, sino en como se aborda el tema: ¿consideramos la igualdad como un principio que nos dice lo que es una sociedad normal o la consideramos como un objetivo más o menos ilusorio y lejano al que quizá dentro de un millón de años podremos acercarnos mediante mil pequeños esfuerzos reformistas?
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Alan Badiou, "la potencia de lo abierto:
universalismo, diferencia e igualdad", fragmento del artículo aparecido en la revista Archipiélago nº 73-74 de diciembre de 2006]