yes, we canEl número de noviembre de Le Monde
Diplomatique abre en su página tres con un gran artículo de Amador
Fernández-
Savater (sí, el hijo del ganador del planeta 2008) titulado "la nueva derecha española" (a la que denomina "el Contragolpe"). Después de diseccionar con inteligencia y preocupación la
mímesis hispana del movimiento
neocon americano y de trazar con exactitud sus coordenadas básicas, el autor termina lanzando algunas reflexiones altamente inquietantes/sugerentes:
1) "La nueva derecha es
también una reacción horizontal y desde abajo que, en lugar de abrir preguntas críticas sobre la sociedad en la que vivimos, captura la rabia en el tablero de ajedrez de la política-espectáculo".
2) "La revuelta de la política populista ocupa el vacío de lo político y el vacío de las calles. Tanto en Estados Unidos como en España. Hace tiempo que la izquierda oficial decidió que habían llegado los tiempos
post-políticos de la mera administración de los efectos de la economía global. Se volvió retórica, cínica, autista, hipócrita, elitista,
pija o simplemente gestora".
3) "[...] así, no es de extrañar que las frustraciones cotidianas sintonicen mejor con la onda agresiva de la nueva derecha que con el
talante soporífero de la izquierda retórica. Si la política es
espectáculo que al menos tenga algo de acción!"
4) "La nueva derecha
instrumentaliza malestares reales que no se
politizan autónomamente, que no encuentran espacios colectivos para hacerlo, que no elaboran una voz propia. Explota la
victimización y a su vez
revictimiza.
Anger is an energy (la ira es una energía)".
5) "[una de las tareas del Contragolpe] consistirá en reconvertir la desesperación y el miedo [consecuencia de la crisis actual] en guerra contra los chivos expiatorios externos e internos (anomalías
geoestratégicas, inmigrantes, disidentes), distraer la atención mientras se reconstruye la hegemonía
neoliberal, en definitiva: despolitizar".
y 6) "¿Podrá la gente declinar la crisis en otra dirección, inventar los lenguajes, las estéticas, los tiempos y los modos colectivos de organización capaces de
politizarla autónomamente? En suma, ¿se podrá
reinventar la
conflictividad social más allá de la forma
clásica de la lucha de clases?"
Voy a ponerme optimista:
yes,
we can!