Ahora que ha comenzado el salón del cómic de A Coruña viñetas desde el atlantico aprovecho para recomendar algunos tebeos que he comprado últimamente (no son novedades recientísimas, ojo):
1) Buen tiempo. Joe Matt
El cómic de Joe Matt es otra de sus despiadadas crónicas autobiográficas centrada esta vez en su poco edificante preadolescencia. El autor nos muestra su ya temprana iniciación en el complicado arte de ser un completo egoísta, un desvergonzado cobarde y un retorcido mercachifle sin escrúpulos. Una divertida pero también lacerante historia de desmitificación del periodo de paso entre la infancia y la adolescencia en la que los rasgos básicos del carácter se van quedando irremisiblemente fijados.
2) Lupus. Frederik Peeters.
La segunda -creo- obra publicada en España de Frederik Peeters (no cofundir con el Peeters que acompaña a Boilet en la estimable Tokyo es mi jardín) presenta una apuesta arriesgada en un a priori complicado cruce de géneros: la road movie (¿road cómic?) ambientada en un futuro galáctico de naves espaciales a la fuga, mezclada con un extraña historia de amor y persecución. Número de planteamiento con la consabida presentación de personajes y un bosquejo de lo que deparará el argumento, presenta todavía algunas irregularidades en su desarrollo pero apunta momentos futuros intensos y dosis elevadas de emoción.
3) Isaac el pirata: Olga. Christophe Blain.
Christophe Blain demuestra el porqué de su premio en Angouleme 2004: la serie de Isaac el pirata es una de los mejores que se han publicado últimamente en el mundillo del tebeo europeo. Una historia vibrante en la que resuenan todos los clásicos de la literatura de aventuras, desde la isla del tesoro de Stevenson hasta el Moby Dick de Melville, desarrollada de la mano de un poderosísimo y personal grafismo en el que línea clara y expresionismo conviven en un fascinante choque visual que seduce desde la primera viñeta. ¿El mejor autor europeo de cómics de ahora mismo?
4) El señor Jean: vivamos felices sin parecerlo. Dupuy y Berberian.
El número cuatro de la maravillosa serie de Dupuy y Berberian muestra la evolución sentimental del treintañero con vocación de eterno adolescente mr. Jean. Atrapado entre la espada de su amor por Cathy y la pared de asumir un compromiso del que no quiere ni oír hablar, mientras a su alrededor sus amigos cargan con hijos, separaciones y desgracias laborales de toda índole, mr. Jean se plantea en clave de humor el destino al que le conducen las decisiones que debe tomar y aquellas que no tomará nunca. Tierno, divertido y conmovedor, mr. Jean es una de esas series a las que el calificativo de "adorable" se le queda corta.
5) Hiram Lowatt y Plácido: la rebelión de hop-frog. David B y Christophe Blain.
La conjunción de dos monstruos de la historieta -el David B de la ascensión del gran mal y el ya mencionado Christophe Blain (a quien, opino, se deben los mejores episodios de la irregular serie la mazmorra
)- ha dado lugar a un cómic absolutamente marciano: dos investigadores en el oeste norteamericano de finales del siglo XIX estudian la extraña rebelión de todos los objetos de un pueblo contra sus amos humanos para apoyar el levantamiento de una tribu india. Algo flojo, pero curioso y a ratos soprendente, aunque, según opiniones autorizadas, su segundo número es mucho mejor. Veremos.
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