marcho a la manifestación del uno de mayo en vigo con mis compañeros de attac; hay un cierto desánimo ambiental, como si la intensidad de los últimos meses estuviera pasando una factura anímica; el cansancio, las energías invertidas en toda clase de acciones sin ningún tipo de resultado y la deserción de esa multitud que salió a las calles a expresar su indignación en los últimos meses y que ha ido desapareciendo lentamente no invitan al optimismo; por el tramo de calle que ocupamos calculo unas treinta mil personas; la organización habla de 60.000 y me parto de la risa: hay que asumir lo que hay y ser honestos con uno mismo: estamos en pleno proceso de desmovilización social, ya solo vamos a ésto los convencidos; los indecisos, esa multitud que protagoniza los cambios, ha desertado, y sospecho que estamos a punto de empezar una larga travesía por el desierto; en fin, pongo un par de fotos del evento, una de ellas corresponde a una pancarta que, junto al lema "familia real, trabajo temporal", fue lo único que me animó un poco:
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