navarra es navarra
El festival manifestístico de fin de semana no tiene descanso y en esta ocasión las huestes populares se han echado a la calle una vez más. Los motivos son los habituales: el fin de España, el desmembramiento del Estado, la rendición ante ETA, la vicepresidencia de la paz que ZP piensa darle a Otegi, el próximo nombramiento de Josu Ternera como embajador ante el Vaticano, la reconversión de la Plaza de toros de las Ventas en frontón para la práctica de la pelota vasca y, ésta vez, algo que en su absurdo desmesurado eleva el tono medio de los motivos políticos de estos encuentros: Navarra es Navarra. Prodigiosa reivindicación y prodigiosos lemas. Claro que, acuciados por el altísimo nivel intelectual de la oposición, los miembros del gobierno -en vez de ignorar sanamente toda esta batería de idioteces- han respondido con otro lema que supera al original en una imaginaria escala Richter de absurdos: Navarra será lo que los navarros y navarras quieren que sea.
[La clase política, esos tipos que tienen por oficio ser caricatura de sí mismos las 24 horas del día]
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