pause
me voy de viaje a italia;
hasta el 10 de septiembre
luego, a ver;
ciao!
28 de ago. de 2003
11 de ago. de 2003
un cómic
entre las compras veraniegas que he hecho últimamente destaca este cómic:
¿qué haríamos si tuviéramos la oportunidad de volver a vivir una etapa clave de nuestras vidas como la adolescencia con la mente de los 48 años que tiene el protagonista?; si la adolescencia es un incendio cuyas llamas nos siguen llegando por muchos años que le pasen por encima, la posibilidad de volver al corazón de ese fuego, con todo lo vivido durante algunas décadas por equipaje, da lugar a una experiencia epifánica: el vigor del cuerpo a esa edad, el poder ver con claridad la importancia de las relaciones con amigos, compañeros, familia, la sencillez de los estudios que se estaban realizando en esa etapa de la vida, el milagro de los primeros amores y el saber de antemano qué hará la vida con la gente que te rodea... el protagonista vive todo ésto mientras nosotros, lectores entregados, seguimos su historia y la trasladamos a nuestras vidas, con el corazón en un puño y la sensación previa al llanto -de pura nostalgia- hormigueando entre los ojos y la garganta, en un vaivén que corre parejo a las emociones del protagonista; dibujado con el habitual trazo limpio y naturalista del autor (jiro taniguchi: en españa está publicado el también extraordinario almanaque de mi padre), la narración se va tejiendo con calma, cada página repleta de milagrosos silencios, de cruces de miradas y de gestos, de conversaciones mínimas y pequeños actos cotidianos cuyo significado, cuyo valor sólo nos es dado entender cuando ya es demasiado tarde; la vida que pudimos haber tenido si nos hubiera dado tiempo a pensar, las cosas que no dijimos nunca, todo lo que dejamos de hacer sabiendo que era necesario haber hecho, en fin, esas cosas que, después, a solas en el páramo de los años nos reconcomen y nos obligan a hablar constantemente con nosotros mismos descuidando nuestra labor de relación con el ahora y sus habitantes...
entre las compras veraniegas que he hecho últimamente destaca este cómic:
¿qué haríamos si tuviéramos la oportunidad de volver a vivir una etapa clave de nuestras vidas como la adolescencia con la mente de los 48 años que tiene el protagonista?; si la adolescencia es un incendio cuyas llamas nos siguen llegando por muchos años que le pasen por encima, la posibilidad de volver al corazón de ese fuego, con todo lo vivido durante algunas décadas por equipaje, da lugar a una experiencia epifánica: el vigor del cuerpo a esa edad, el poder ver con claridad la importancia de las relaciones con amigos, compañeros, familia, la sencillez de los estudios que se estaban realizando en esa etapa de la vida, el milagro de los primeros amores y el saber de antemano qué hará la vida con la gente que te rodea... el protagonista vive todo ésto mientras nosotros, lectores entregados, seguimos su historia y la trasladamos a nuestras vidas, con el corazón en un puño y la sensación previa al llanto -de pura nostalgia- hormigueando entre los ojos y la garganta, en un vaivén que corre parejo a las emociones del protagonista; dibujado con el habitual trazo limpio y naturalista del autor (jiro taniguchi: en españa está publicado el también extraordinario almanaque de mi padre), la narración se va tejiendo con calma, cada página repleta de milagrosos silencios, de cruces de miradas y de gestos, de conversaciones mínimas y pequeños actos cotidianos cuyo significado, cuyo valor sólo nos es dado entender cuando ya es demasiado tarde; la vida que pudimos haber tenido si nos hubiera dado tiempo a pensar, las cosas que no dijimos nunca, todo lo que dejamos de hacer sabiendo que era necesario haber hecho, en fin, esas cosas que, después, a solas en el páramo de los años nos reconcomen y nos obligan a hablar constantemente con nosotros mismos descuidando nuestra labor de relación con el ahora y sus habitantes...
cibercrueldad
trasteando un poco por internet (buscando alguna manera de eliminar banners en páginas gratuitas) descubro una página que me parece el colmo de la mala hostia: se trata de enviar una foto de una persona para que la gente la vote y haga comentarios: aquí; después de escacharrarme un rato, me pregunto: ¿y no será todo falso?; por ello lanzo el siguiente desafío: ¿alguien se anima a enviar una foto suya para que comprobemos si la historia es cierta y de paso someterse al juicio de gente ecuánime, templada y seria como los que pasamos por esta página? vaaaaa
trasteando un poco por internet (buscando alguna manera de eliminar banners en páginas gratuitas) descubro una página que me parece el colmo de la mala hostia: se trata de enviar una foto de una persona para que la gente la vote y haga comentarios: aquí; después de escacharrarme un rato, me pregunto: ¿y no será todo falso?; por ello lanzo el siguiente desafío: ¿alguien se anima a enviar una foto suya para que comprobemos si la historia es cierta y de paso someterse al juicio de gente ecuánime, templada y seria como los que pasamos por esta página? vaaaaa
7 de ago. de 2003
morir en agosto
hoy he ido al entierro del padre de uno de mis compañeros (tras un año de interminable agonía); por un despiste mío (algo habitual) llegué media hora antes de lo previsto al cementerio de alcabre (misteriosamente situado junto a la playa del mismo nombre: sales de uno y estás en la otra), y, al no ver a nadie empecé a dar vueltas como un idiota, a las 17.30, bajo un sol terrible, rodeado de nombres escritos en lápidas, esperando en cualquier momento ver el mío, no por nada, sino porque mis apellidos son muy habituales y sería fácil;
tras algunos instantes de casi pánico empezó a llegar gente conocida que me explicó cual era la hora exacta; por la cuesta que bajaba de la carretera principal a la entrada del cementerio coincidían los familiares de varios entierros con los veraneantes, una mezcla extraña, gente en traje negro al lado de gente en bañador, niños con flotadores y señoras mayores llorando sujetas por dos personas, coches fúnebres y motocicletas con quinceañeros "empapados de verano";
durante el entierro, sudando a chorros, oyendo el mar y la algarabía de la playa, sólo podía pensar,
qué putada,
morirse,
en agosto
hoy he ido al entierro del padre de uno de mis compañeros (tras un año de interminable agonía); por un despiste mío (algo habitual) llegué media hora antes de lo previsto al cementerio de alcabre (misteriosamente situado junto a la playa del mismo nombre: sales de uno y estás en la otra), y, al no ver a nadie empecé a dar vueltas como un idiota, a las 17.30, bajo un sol terrible, rodeado de nombres escritos en lápidas, esperando en cualquier momento ver el mío, no por nada, sino porque mis apellidos son muy habituales y sería fácil;
tras algunos instantes de casi pánico empezó a llegar gente conocida que me explicó cual era la hora exacta; por la cuesta que bajaba de la carretera principal a la entrada del cementerio coincidían los familiares de varios entierros con los veraneantes, una mezcla extraña, gente en traje negro al lado de gente en bañador, niños con flotadores y señoras mayores llorando sujetas por dos personas, coches fúnebres y motocicletas con quinceañeros "empapados de verano";
durante el entierro, sudando a chorros, oyendo el mar y la algarabía de la playa, sólo podía pensar,
qué putada,
morirse,
en agosto
6 de ago. de 2003
animales muertos
los daños colaterales del verano: miles de animales atropellados en las calzadas de nuestras carreteras; cada día veo al menos dos, descoyuntados sobre el asfalto hirviendo, me los imagino con la cara de sorpresa de cuando te dan una mala noticia;
(joder, si la gente no fuera a 90 por dónde pone 40 o 50, la mitad de ellos al menos no acabaría convertido en un pegote: no es tan difícil, ¿no?)
los daños colaterales del verano: miles de animales atropellados en las calzadas de nuestras carreteras; cada día veo al menos dos, descoyuntados sobre el asfalto hirviendo, me los imagino con la cara de sorpresa de cuando te dan una mala noticia;
(joder, si la gente no fuera a 90 por dónde pone 40 o 50, la mitad de ellos al menos no acabaría convertido en un pegote: no es tan difícil, ¿no?)
3 de ago. de 2003
el horror
como todos los primeros domingos de agosto tiene lugar en mi pueblo (vigo) la tradicional procesión del cristo de la victoria; bajo esta denominación se esconde uno de esos terroríficos actos que combinan lo peor del folklore y la superstición popular travestidos de "hecho religioso";
marujas ociosas, jubilados de rostro circunspecto que han cambiado la baraja cotidiana por un cirio encendido, neopijos con gafas de sol de espejo y gomina rezumando por sus nucas, grupos de veraneantes hastiados de la playa convencidos de estar sanando su espíritu, abuelas con el cerebro en avanzado estado de descomposición acompañadas de nietos capaces de cualquier cosa por los euros dominicales, autoridades locales con cara de aburrimiento, prostitutas en traje de domingo, carteristas de poca monta haciendo su agosto, las oxigenadas mujeres de los cargos locales del pp, fulanos de mirada ida cargando con pendones, banderolas o candelabros, y, en fin, toda la alcantarilla religiosa de la ciudad, todos formando un numeroso grupo que provoca escalofríos en la ciudadanía no católica que asiste estupefacta a esta exhibición de fuerza por parte de los seguidores más o menos ocasionales de esa multinacional tan bien amarrada a los nichos del poder que conocemos como iglesia católica...
sólo faltan jose luis moreno, norma duval, ana botella, el alcalde de marbella con la pantoja y alguno de OT para darle más glamour al inenarrable acto;
[mi acojone se dispara al ver a varios legionarios (el desfile es transmitido en directo por la tvg, gracias mr. fraga por este detallazo) a la puerta de la concatedral: el cristo ese tiene "mando en plaza militar" y debe recibir las pertinentes honras; asisto al borde de la apoplejía a la entonación del himno nacional delante de la procesión por parte de los caballeros legionarios; miro el reloj del ordenador: 19.36 h. del 3 de agosto de 2003; debe de haber un error: ¿no estamos en 1903?]
como todos los primeros domingos de agosto tiene lugar en mi pueblo (vigo) la tradicional procesión del cristo de la victoria; bajo esta denominación se esconde uno de esos terroríficos actos que combinan lo peor del folklore y la superstición popular travestidos de "hecho religioso";
marujas ociosas, jubilados de rostro circunspecto que han cambiado la baraja cotidiana por un cirio encendido, neopijos con gafas de sol de espejo y gomina rezumando por sus nucas, grupos de veraneantes hastiados de la playa convencidos de estar sanando su espíritu, abuelas con el cerebro en avanzado estado de descomposición acompañadas de nietos capaces de cualquier cosa por los euros dominicales, autoridades locales con cara de aburrimiento, prostitutas en traje de domingo, carteristas de poca monta haciendo su agosto, las oxigenadas mujeres de los cargos locales del pp, fulanos de mirada ida cargando con pendones, banderolas o candelabros, y, en fin, toda la alcantarilla religiosa de la ciudad, todos formando un numeroso grupo que provoca escalofríos en la ciudadanía no católica que asiste estupefacta a esta exhibición de fuerza por parte de los seguidores más o menos ocasionales de esa multinacional tan bien amarrada a los nichos del poder que conocemos como iglesia católica...
sólo faltan jose luis moreno, norma duval, ana botella, el alcalde de marbella con la pantoja y alguno de OT para darle más glamour al inenarrable acto;
[mi acojone se dispara al ver a varios legionarios (el desfile es transmitido en directo por la tvg, gracias mr. fraga por este detallazo) a la puerta de la concatedral: el cristo ese tiene "mando en plaza militar" y debe recibir las pertinentes honras; asisto al borde de la apoplejía a la entonación del himno nacional delante de la procesión por parte de los caballeros legionarios; miro el reloj del ordenador: 19.36 h. del 3 de agosto de 2003; debe de haber un error: ¿no estamos en 1903?]
1 de ago. de 2003
Harto
Entre la noticia de la escuela sólo para gays que han abierto en N.Y. y la enésima condena del matrimonio entre homosexuales, salido de las alcantarillas vaticanas, se me está empezando a poner una mala hostia veraniega de campeonato. Rescato aquí unas líneas de "el hombre que se enamoró de la luna" de Tom Spambauer en las que se explica lo que suponía el ?berdaje? (homosexualidad) para los indios:
"En indio -decía Dellwood-, en muchas tribus, si eras berdaje, la gente suponía que al ser diferente a la mayoría de los hombres y de las mujeres, eras algo distinto, lo que significa alguien especial, pero no malo. Los berdajes eran considerados dirigentes espirituales y brujos. Solían vivir solos pero no eran unos proscritos. Los berdajes se ocupaban de los niños, hacían pan, recogían bayas, salían de caza, curtían cuero; en resumen, hacían todo lo que hacían los hombres, y también todo lo que hacen las mujeres, llegando incluso a conertirse en una segunda esposa para un hombre si el berdaje creía que el hombre valía la pena.
Depende del tipo de persona que fueras, qué tipo de berdaje eras; si querías vestirte como una mujer y quedarte con los niños, entonces así eras y así te comportabas. Si vivías solo, con tu tipi apartado de los otros, y eras un berdaje lo suficientemente poderosos como para conseguir un hombre distinto cada noche, entonces así eras y así te comportabas. Algunos berdajes eran temidos guerreros porque su medicina era muy poderosa.
Cuando llegaron los misioneros cristianos una de las primeras cosas que hicieron fue matar a los berdajes en nombre de su dios; los misioneros sabían que librándose de los berdajes se libraban de buena parte de lo indio.
Y casi lo consiguen- dijo Dellwood."
(Ratas vaticanas, políticos inconscientes, hagan el indio un poco, por favor)
Entre la noticia de la escuela sólo para gays que han abierto en N.Y. y la enésima condena del matrimonio entre homosexuales, salido de las alcantarillas vaticanas, se me está empezando a poner una mala hostia veraniega de campeonato. Rescato aquí unas líneas de "el hombre que se enamoró de la luna" de Tom Spambauer en las que se explica lo que suponía el ?berdaje? (homosexualidad) para los indios:
"En indio -decía Dellwood-, en muchas tribus, si eras berdaje, la gente suponía que al ser diferente a la mayoría de los hombres y de las mujeres, eras algo distinto, lo que significa alguien especial, pero no malo. Los berdajes eran considerados dirigentes espirituales y brujos. Solían vivir solos pero no eran unos proscritos. Los berdajes se ocupaban de los niños, hacían pan, recogían bayas, salían de caza, curtían cuero; en resumen, hacían todo lo que hacían los hombres, y también todo lo que hacen las mujeres, llegando incluso a conertirse en una segunda esposa para un hombre si el berdaje creía que el hombre valía la pena.
Depende del tipo de persona que fueras, qué tipo de berdaje eras; si querías vestirte como una mujer y quedarte con los niños, entonces así eras y así te comportabas. Si vivías solo, con tu tipi apartado de los otros, y eras un berdaje lo suficientemente poderosos como para conseguir un hombre distinto cada noche, entonces así eras y así te comportabas. Algunos berdajes eran temidos guerreros porque su medicina era muy poderosa.
Cuando llegaron los misioneros cristianos una de las primeras cosas que hicieron fue matar a los berdajes en nombre de su dios; los misioneros sabían que librándose de los berdajes se libraban de buena parte de lo indio.
Y casi lo consiguen- dijo Dellwood."
(Ratas vaticanas, políticos inconscientes, hagan el indio un poco, por favor)