1 de ago. de 2003

Harto

Entre la noticia de la escuela sólo para gays que han abierto en N.Y. y la enésima condena del matrimonio entre homosexuales, salido de las alcantarillas vaticanas, se me está empezando a poner una mala hostia veraniega de campeonato. Rescato aquí unas líneas de "el hombre que se enamoró de la luna" de Tom Spambauer en las que se explica lo que suponía el ?berdaje? (homosexualidad) para los indios:

"En indio -decía Dellwood-, en muchas tribus, si eras berdaje, la gente suponía que al ser diferente a la mayoría de los hombres y de las mujeres, eras algo distinto, lo que significa alguien especial, pero no malo. Los berdajes eran considerados dirigentes espirituales y brujos. Solían vivir solos pero no eran unos proscritos. Los berdajes se ocupaban de los niños, hacían pan, recogían bayas, salían de caza, curtían cuero; en resumen, hacían todo lo que hacían los hombres, y también todo lo que hacen las mujeres, llegando incluso a conertirse en una segunda esposa para un hombre si el berdaje creía que el hombre valía la pena.

Depende del tipo de persona que fueras, qué tipo de berdaje eras; si querías vestirte como una mujer y quedarte con los niños, entonces así eras y así te comportabas. Si vivías solo, con tu tipi apartado de los otros, y eras un berdaje lo suficientemente poderosos como para conseguir un hombre distinto cada noche, entonces así eras y así te comportabas. Algunos berdajes eran temidos guerreros porque su medicina era muy poderosa.

Cuando llegaron los misioneros cristianos una de las primeras cosas que hicieron fue matar a los berdajes en nombre de su dios; los misioneros sabían que librándose de los berdajes se libraban de buena parte de lo indio.

Y casi lo consiguen- dijo Dellwood."

(Ratas vaticanas, políticos inconscientes, hagan el indio un poco, por favor)

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