estoy leyendo un libro extraordinario: la lucha contra el demonio (hölderlin-kleist-nietzsche); gracias a él investigo un poco en la vida de su autor, el propio zweig (del que había leído una conmovedora novela llamada "carta a una desconocida"); aquí, encuentro una línea magistral que habla de una vida probablemente extraordinaria:"[tras la primera guerra mundial] el horror y la decepción convierten al austríaco en un ardiente pacifista con una constante preocupación presente en todas sus novelas: no sucumbir ante los valores ficticios de una sociedad en decadencia"; estamos en las mismas coordenadas, pienso, y me repito a mí mismo las últimas palabras para no olvidarlas "no sucumbir ante los valores ficticios de una sociedad en decadencia, no sucumbir ante los valores ficticios de una sociedad en decadencia, no sucumbir ante los valores ficticios de una sociedad en decadencia";
(pero que gilipollas se puede llegar a ser)
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