siempre tarde
mi madre siempre cuenta en las reuniones familiares que para parirme estuvo unas diecisiete horas en el hospital; cuando lo hace me mira y no sé si soy yo, pero intuyo cierto resentimiento en su mirada (yo lo tendría); cuando quedo con alguien es imposible que consiga llegar a la hora justa: tengo un catálogo impresionante de excusas preparadas (soy un profesional de la excusa), todas magníficas, lo cual hace aún más patético mi retraso; cuando descubro un grupo de música que me gusta, una serie de tv que me parece increíble, una peli que me deslumbra, un libro que devuelve la corriente eléctrica a mi cerebro, una actriz de la que enamorarse, también encuentro que todos mis amigos han pasado ya por allí y están de vuelta con cara de cierto aburrimiento: no era para tanto, no te molestes, tienes suerte de llegar a destiempo; al sexo llegué tarde, al amor llegué tarde, a la amistad, qué se yo, todo lo que se pueda pensar, seguro que llegué tarde;
lo peor de todo
es que tengo una cantidad increíble de excusas para todo ello: todas buenísimas; algún día contaré alguna, pero será más tarde...
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