28 de nov. de 2006

el exceso de testosterona conduce a la obesidad
El último anuncio de burguer king es asombrosamente malo. Entre la estética OT y el desfile de chimpancés vociferantes uno se pregunta porqué el garrulismo orgulloso de sí ha cobrado tanta fuerza en todos los órdenes de la vida. Parece que frente a la hipocresía de la mayoría de las relaciones sociales y a cierta deshumanización en el contacto con los demás sólo quedara la solución facilona: ser la versión más simiesca posible de uno mismo. Qué decir. Un eructo estaría bien para acabar, pero no sé bloguearlo.





(por cierto ¿soy el único que desde hace un par de semanas no ve ninguna de las imágenes de este blog?)

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