vetiver
Si es el final, ha sido un buen final. Y, echando la vista atrás, una década de privilegiada historia musical en nuestra raquítica y provinciana ciudad. Un milagro casi. Gracias por estos años.
Y Vetiver bien, haciendo lo suyo, medios tiempos intimistas, aterciopelados, a veces recordando al Neil Young más sosegado, otras acercándose al sonido Ashmont Records -Pernice Brothers, Chappaquidick Skyline, Scud Mountain Boys, etc-, tímidas cabalgadas eléctricas, precisión metronómica para cálidas canciones de pérdidas y soledades de todo tipo. Sabores clásicos con cierto regusto bluegrass, y, algo a lo lejos, vislumbrando las raíces del rock americano. Andy Cabic accesible, discreto, dirigiéndose lo justo al público. Un buen concierto si el rasero son los demás conciertos del Vade. Un concierto inmenso si la medida la marcan el resto de actuaciones que vienen a nuestra ciudad.
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