Hay un país
Hay un país miembro de la Unión Europea en el cual algunos de sus militares se permiten el lujo de opinar sobre la vida política avisando de que nos andemos con cuidado con lo que deciden los parlamentos elegidos democráticamente. Hay un país miembro de la Unión Europea en el cual algunos de sus militares avisan: "ojo, que tengo unos tanquecitos ahí preparados si alguien se pasa de la raya". Hay un país miembro de la Unión Europea en el cual algunos de sus políticos no ven estas declaraciones como un problema, sino como la consecuencia de un problema, trasladando la culpa de lo acontecido del autor de las palabras al gobierno electo al cual debe obediencia (el militar, claro). Hay un país miembro de la Unión Europea en el cual algunos peridistas jalean a los militares que creen que los tanques son suyos y que están a su disposición por si la voluntad de los gobernante elegidos democráticamente "se pasa de la raya" y que vitorean a los políticos que en privado se regocijan con tales declaraciones. Hay un país miembro de la Unión Europea en el cual algunos militares dan miedo, algunos políticos dan risa, y algunos periodistas juegan a salvadores de la patria, a mártires de la libertad de expresión y a adalidades de las libertades fundamentales mientras sus palabras llevan el olor de la gasolina justo antes del incendio. Hay un país. Dios, qué país.
[Recomiendo la lectura de la trilogía "España Una, España Grande, España Libre" de Carlos Giménez (dibujo) e Ivá (guión). Hay una historia en el primer tomo, del año 1976, de la que me he aprovechado un poco en el tono.]
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