Estas navidades me he hecho con el segundo tomo de la obra completa de las tiras de Snoopy y
Las tiras, aún titubeantes en el apartado gráfico, son en su mayoría ya muy buenas. El lector algo bregado reconocerá el origen de otro icono del cómic, Mafalda (diez años posterior), en esta pandilla de niños algo odiosa en la que es fácil reconocer gran cantidad de elementos del carácter infantil que, en realidad, poco se distinguen del adulto. De todos los protagonistas, el autor sólo parece salvar a Schroeder el músico -un niño que sólo vive para su pianito de juguete y que adora a Beethoven- y a Linus, el superdotado hermano menor de la insoportable Patty. A través de todos los personajes, Schulz traza una visión bastante desmitificadora de la infancia y lanza mensajes en clave en forma de angustias infantiles sobre una sociedad en apariencia feliz y satisfecha con su modelo de opulencia material absoluta.
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