Como un creyente desilusionado me paseo por las casetas de la feria del libro instaladas en el paseo de Montero Ríos, delante del Náutico. La mañana huele suavemente a mar y apenas me cruzo con otra cosa que no sean repartidores de refrescos sirviendo a las mil cafeterías de la zona. La feria ofrece un aspecto algo deprimente, con todas las casetas prácticamente sin público y la gente que está al cargo bostezando discretamente. Recorro con la vista los puestos y me voy directo al de la librería "ir indo", un establecimiento minúsculo que, situado en las mismas galerías que sinsalaudio, ofrece siempre una selección de exquisiteces dificilmente superable. Echo un vistazo rápido y cojo dos libros que hace tiempo deseaba comprar: "Buffalo Bill ha muerto" la antología poética de e. e. cummings (así escribía él su nombre: en minúsculas) y "Los sonetos de la dama portuguesa" de Elizabeth Barrett Browning (arriesgada traducción del original "sonnets from the portuguesse"). Me siento en una de las miles de desérticas terrazas del paseo. La combinación exacta de frescor, luminosidad y olor a mar me abren el camino al corazón de ambos libros. Leo. Se para el mecanismo de mi reloj interior. Bebo coca cola sin hielo. Soy feliz.
e. e. cummings
SONETOS-ACTUALIDADES
vivamos de pronto sin pensar
bajo los honestos árboles,
como
un río.el cerebro del agua
-hábilmente-ondulada persigue el airado sueño
de la orilla. A medianoche,
la luna
araña la piel de las colinas alineadas
una afilada nada empieza a cortar
vivamos como la luz que mata
y como el silencio,
pues después de todo está el Torbellino:
(después de mí)amor, y después de ti.
A veces siento vagas no
sabría decir cuán vagas tenues lanzas-
del Presente y a Las flechas-del-Después obligando a hacer
a nuestras bocas algo rojo,algo alto.
[Una nota personal: el libro de Vladimir Holan no lo doy encontrado. Ésto hace que cada vez sienta una necesidad más imperiosa de leerlo]
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