el refugio (y 2)
el jueves pasado fui a la inauguración de la exposición de c que citaba aquí hace un par de días; después de dos días algo dañado como consecuencia de una cena -y posterior salida nocturna- algo asesina he conseguido estabilizar mi estómago y mi cabeza para poder hablar del evento;
ante todo he de decir que mi opinión es poco objetiva; soy fan de c desde hace muchos años (más de diez!!!), y recuerdo vivamente la primera vez que fui a una exposición suya, en la residencia del monte de la condesa en santiago d.c., empujado por a, que había empezado su cruzada personal contra mi burricie integral; ya he hablado alguna vez aquí de cómo entré a patadas en el mundo del arte, de las exposiciones, cómo con el tiempo hice mía aquella frase de deleuze en "que es la filosofía": "no es que el arte piense menos que la filosofía, sino que ésta lo hace a través de conceptos y el arte de afectos"; afectos: emociones, el juego estético y una constelación de ideas desprendiéndose de la obra, envolviéndome con sugerencias, intuiciones, presentimientos o las sombras perturbadoras del desconcierto y la sensación de sentirse descolocado; y recuerdo la sensación de descoloque en aquella primera exposición de c, "son do monte" (trad. al castellano: sonido del monte, aunque el juego de palabras en gallego es muy divertido: también significa soy del monte), una reflexión poética sobre la ecología de la que salí sintiéndome idiota y discutiendo varios días con a sobre el sentido de lo que allí se quería decir; posteriormente dejé de lado mis prejuicios y me dejé llevar por la intuición -también leí algunas cosas para situarme- y comencé a sentir el placer de extraer mis propias conclusiones, de reflexionar sobre cosas en las que no habría caído por mí mismo, de hacerme preguntas que nunca antes se me habían ocurrido: espectáculo, representación, mirada, sujeto, identidad, el ámbito de lo privado y lo público, la intimidad, etc; por mi cabeza pasan como un rayo aquellos visores que te obligaban a espiar a alguien desconocido (exposición "trinta anos no 2000" en el ¿95?), más visores y juegos algo perversos con medias y pestañas en cáceres, la habitación negra de la bienal de pontevedra en 2002 con aquellos torsos femeninos flotantes, la fotobienal de vigo del 98, "el objeto extraño" -para mí la más desasosegante de sus exposiciones-, "ecosofías" y "existencial" junto a contra, la emoción de ver sus obras en arco, la primera parte de esta exposición en santiago hace cosa de ¿un año? y otras más que ahora mismo no recuerdo; en cualquier caso, estoy demasiado pegado a lo que hace, demasiado metido en su forma de ser artista como para ser objetivo;
explicado ésto, la exposición me gustó, evidentemente, por la potencia de la propuesta, un cuestionamiento radical del programa de la arquitectura moderna a la hora de "diseñar" y planificar los espacios en los que se desenvuelve la vida de cada uno, y cómo se pueden buscar alternativas y caminos propios para configurar ese espacio vital que evoluciona con uno mismo, que cambia con el tiempo y que debe adapatarse a necesidades variables cuyo surgimiento no está previsto nunca en un proyecto arquitectónico; al mismo tiempo se adivina un vuelo más largo en la pedrada, que apunta directa al propio sistema económico en el que esa arquitectura moderna tiene lugar, el capitalismo salvaje que desde lo 90 ha devorado las esferas de lo político y de lo social, imponiendo su lógica en todos los ámbitos de la relación entre las personas; una pega: la instalación que aparece en el cartel no se montó en la exposición en el propio callejón (la sala tenía una salida a él: esa apropiación del espacio público ¿no queda un poco coja al limitarse a un instante puntual?), sino que se proyectó su imagen sobre el lateral de otro refugio en el interior de la sala; en ésta también se proyectaba -el tiempo que estuve yo al menos- un vídeo en el que sale el interior de una casa sobre el cual, a medida que la cámara va pasando su mirada, se van ordenando solas las cosas, se van recogiendo los objetos desperdigados: maravilloso; el refugio que había dentro de la sala -cajas de cartón apiladas formando un rectángulo abierto por un lado- incide en las mismas ideas que transmite la instalación del cartel: (ctrlc+ctrlv del texto que acompaña a la invitación)
[...]Esa forma anárquica de ocupación del espacio no es simplemente una respuesta estética o funcional, significa una forma política de ocupar el espacio, en realidad se trata de una IN-CORPORACIÓN, un hacer del espacio parte del cuerpo, que crezca de forma paralela a sus necesidades, de modo orgánico. Reivindica una forma de crecimiento no regularizada, no ordenada. De la misma manera nuestro cuerpo incorpora el contexto, tanto geográfico como social. De hecho, la proyección física del contexto implica una categorización social y ésta a su vez vuelve a remitir a un lugar, a una localización. Pero esta circularidad de espacio/contexto social puede ser interpretada de una forma abierta, no tiene por qué ser entendida como una limitación. De hecho con la incorporación del contexto podemos conseguir justamente llegar a crear un nuevo espacio.
(En la inauguración conocí a jean-sol, a la duquesa y a kate, que vinieron desde santiago para unirse a la celebración; también vino alguien desde valencia cuya presencia, lo sé y comprendo el porqué, hizo por mil como yo)
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