8 de xul. de 2004

saqueando textos ajenos
me llega por correo electrónico (gracias emma!) un maravilloso texto de borges a propósito del post anterior (una vida, programme) que también me había llegado por la misma vía; demasiado largo para ponerlo aquí, sin embargo, dispara en mí el recuerdo de otro que tengo grabado a fuego desde su lejana lectura (tendría unos 18... dios), un párrafo de así habló zaratustra en el capítulo del leer y el escribir:

Vosotros me decís: "la vida es difícl de llevar". Más ¿para qué tendríais vuestro orgullo por las mañanas y vuestra resignación por las tardes?
La vida es difícil de llevar: ¡no me os pongais tan delicados! Todos nosotrso somos guapos y robustos, borricos y pollinas.
¿Qué tenemos nosotros en común con el capullo de la rosa que tiembla porque tiene encima de su cuerpo una gota de rocío?
Es verdad: nosotros amamos la vida no porque estemos habituados a vivir, sino porque estamos habituados a amar.
Siempre hay algo de demencia en el amor. Pero siempre hay algo de razón en la demencia.
Y también a mí, que soy bueno con la vida, paréceme que quienes más saben de felicidad son las mariposas y las burbujas de jabón, y entre los hombres todo lo que es de su misma especie.
[...]
Yo no creería más que en un dios que supiese bailar.
Y cuando ví a mi demonio lo encontré serio, grave, profundo, solemne: era el espíritu de la pesadez, -él hace caer a todas las cosas.
No con la cólera, sino con la risa se mata. ¡Adelante, matemos al espíritu de la pesadez!
He aprendido a andar: desde entonces me dedico a correr. He aprendido a volar: desde entonces no quiero ser empujado para moverme de un sitio.
Ahora soy ligero, ahora vuelo, ahora me veo a mí mismo por debajo de mí, ahora un dios baila por medio de mí.

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