semana musical, fin
ayer por la noche cerré mi cupo de conciertos del festival sinsalaudio 2.0; queda el especial raster noton en el marco, damo suzuki el día 17 y la no neck blues band el 20, pero yo el 15 me marcho de excursión de fin de curso (un año más) con mis alumnos de 4º de ESO hasta el día 23;
a lo que iba, mi cierre personal no pudo ser mejor; en el cartel, overlook, grupo de trip hop de caldas, apenino, el proyecto en solitario del ex dar ful ful marco maril y donna regina, pop electrónico sofisticado salido del sello karaoke kalk; a overlook sólo llegué para ver como se despedían, por lo que no sé casi ni como sonaban; apenino tuvieron algunos problemillas con el sonido y, sin embargo, por encima de las turbulencias que generaba la mesa de sonido, y algún desajuste con las afinaciones, el puñado de canciones que interpretaron se impuso por su propio peso: pop intimista a base de guitarras lánguidas -¿mazzy star sin distorsión?-, minúsculos y delicados juegos con sonidos electrónicos e instrumentos casi de juguete (una melódica, unas campanillas) y melodías envolventes sobre unas bases rítmicas sedosas, en el límite entre la calma y la quietud absoluta; notable alto para unas composiciones que a ratos producían estremecimientos desde su desnudez emocional (las letras son de lo mejor que hay en el panorama pop patrio) y otras radiantes sonrisas de complicidad por los temas o las formas empleadas en tratarlos...
el plato fuerte de la noche, donna regina, fue una auténtica exhibición de sensualidad y sofisticación; el matrimonio formado por regina y gunther janssen junto al responsable de los samples y las bases rítmicas, stefen irlinger, entregó una versión mucho más sudorosa y musculada del tecnopop elegante que revelan sus discos; para mí la sorpresa fue absoluta, no por la calidad de las canciones (mis favoritas: driftwood, late y you better believe) sino por la diferencia de sonido entre los discos y el directo: las bases rítmicas, mucho más orgánicas, densas, penetrantes, ásperas, sirviendo de envoltorio a la voz cargada de matices de regina janssen (un prodigio de presencia escénica y elegancia gestual), jugando con los fraseos cristalinos de la guitarra de gunther janssen, creaban un triángulo sonoro increíblemente seductor, una especie de cancionero de cabaret electrónico ante el que sólo cabía la entrega absoluta: maravilloso
[actualización: buscando un poco por internet, me encuentro con que en salamanca, el jueves anterior (10), donna regina habían teloneado a ¡david civera!]
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