maria joao pires
en el pais de hoy una breve entrevista a la pianista portuguesa y su compañero de conciertos, el pianista brasileño Ricardo Castro, me ha recordado el concierto que dio en vigo la semana pasada y al que no pude acudir ya que las entradas se agotaron más deprisa de lo que yo esperaba;
si hay algo que echo de menos de mi etapa estudiantil en santiago (y ya va casi para diez años de ello) eran los conciertos en el auditorio de galicia, que, gracias al carnet de estudiante salían a 500 pesetas; gracias a ello pude ver a christian zimmerman, a alicia de la rocha, a ivo pogorelich o a tamas vasary (por poner los cuatro que más impacto me produjeron); he pensado mucho en ello a raíz de un breve intercambio de correos con alguien con quien comparto adoración por el legado pianístico de glenn gould: por alguna razón que desconozco, a esta esquina del planeta nunca llegan los artistas realmente grandes, sí de vez en cuando alguna figura importante, pero de manera puramente anecdótica; quizás dentro de 30 años, la obra de alguien como por ejemplo maurizio pollini tenga el mismo aura que la de gould, y, pudiendo haberlo escuchado en directo por coincidencia temporal (no así a gould), no lo he hecho; ¿suena demasiado retorcido estar empezando a pronunciar un lamento que no será tal hasta dentro de muchos años? en fin, que cada vez que leo -por ejemplo- el programa del festival que organiza la revista scherzo en madrid, o los conciertos que programa el festival mozart de coruña me entran ganas de prenderle fuego a esta ciudad pueblerina, en la que los acontecimientos musicales de calidad son extraordinariamente escasos, y, encima, escasamente asequibles al gran público (el poco aforo del único auditorio municipal, hace que la mayoría de las entradas reservadas a los vips -políticos, empresarios, futbolistas- dejen poco sitio para la plebe)
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