grrrr
el viernes ceno en el "famoso" restaurante de coruxo donde hacen las empanadillas más célebres de vigo y alrededores; las cercanas playas del bao y la sirenita están precintadas (me parto) con bandas de plástico de la policía por la llegada de galletas y bolas de chapapote; apenas hay nadie en el sitio, la humedad es espantosa, pero desde la mesa se oye el rumor del mar invernal, como una bestia agazapada que se despereza de cuando en cuando; ceno como un animalito y justo en el penúltimo bocado soy consciente de que no me sentará bien el conglomerado de empanadillas-tortilla de patatas-calamares-jamón-empanada que he ingerido sin contemplaciones; posteriormente voy al concierto de karate en el wade, y, quizás ya intoxicado por la sobredosis anterior de aceites grasos e hidratos de carbono de rápida absorción, me aburro mortalmente con la matraca semijazz del grupo y me enojo con sus pequeños toques rítmicos vagamente hardcore (eso o algo me que recuerda vagamente al sello dischord); no faltan los solos de guitarrra eléctrica (bugh), el de batería (glarhg) y un semiamago de solo de bajo que me pone la empanatortilla en posición de "eject"; decido investigar al público que, misteriosamente, ha acudido en masa al concierto (inexplicable): semidesaliño muy calculado, muchas barbas, gorritos de estibador portuario, parkas y trencas, botas de montañero "de diseño", gafas de pasta no negras, sino verdes o azules, varias handycam sony grabando el concierto... ¿estamos asistiendo al nacimiento del post-indie? dios, qué coñazo... añoro el concierto de static del viernes pasado, pero si hace falta un rollo de éstos para sufragar cada cuatro de los otros, estoy dispuesto a ello, incluso a venir y pasar el rato observando las nuevas tendencias de la peña enrrollada...
me despierto fatal, A. se va a las 10 y me despido de ella, "no te preocupes, a la vuelta estará todo arreglado"; miro el reloj, las 12.50, quizás esta vez cumpla con mis falsas promesas, eso si mis páginas favoritas no han aumentado mucho su volumen de texto...
[sin que venga muy a cuento] me ha encantado una frase del artículo de maruja torres sobre el discurso de aznar en el parlamento: cómo algo tan vacuo puede ser tan pesado (sensación muy recurrente en estos últimos tiempos, añadiría yo)
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