29 de maio de 2019

Eric Vuillard, El Orden del Día



La guerra había resultado rentable. Bayer utilizó mano de obra procedente de Mauthausen. BMW reclutaba en Dachau, en Papenburg, en Sachsenhausen, en Natzweiler-Struthof y en Buchenwald. Daimler en Schirmeck. IG Farben en Dora-Mittelbau, en Gross-Rosen, en Sachsenhausen, en Buchenwald, en Ravesnbrück, en Dachau, en Mauthausen y explotaba una gigantesca fábrica en Austchwitz: IG Austchwitz, que de un modo totalmente impúdico figura con ese nombre en el organigrama de la firma. Agfa reclutaba en Dachau. Shell en Neuengamme. Schneider en Buchenwald, en Flossenbürg, en Neuengamme, en Gross-Rosen y en Auschwitz. Todo el mundo se había abalanzado sobre una mano de obra tan barata.

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