Alan Badiou: a propósito de las elecciones
Supongamos que la política es lo que yo pienso que es, y que la siguiente definición puede resumirla: "la acción colectiva organizada, conforme a ciertos principios que intenta desarrollar en lo real las consecuencias de una nueva posibilidad que se encuentra rechazada por el estado de cosas dominante". Por consiguiente, es necesario concluir que el voto al que se nos invita es una práctica esencialmente apolítica. Está sometido, pues, al sin-principio del afecto. De ahí se sigue la escisión entre un imperativo formal y la indecisa oscilación de todas las posibles convicciones afirmativas. Es bueno votar, para darle forma a mis miedos, pero resulta difícil de creer que aquello por lo que voto pueda ser bueno. Aquello que falla en el voto no es otra cosa que lo real.
[Este fragmento es parte de una charla dada en los días previos a la 2ª vuelta de las elecciones francesas que dieron la presidencia de Francia a Nicolás Sarkozy]
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