Hubo un tiempo en el que la palabra "underground" llegó a significar algo. Alguna clase de cosa nerviosa y agresiva. Un modo de vida diferente al oficial. Un martilleo continuado contra los cánones escritos y no escritos de cómo vivir, cómo trabajar, cómo amar, cómo follar y cómo morir. Uno de los que llegó hasta el final en esa epifanía personal en la que vida y creación resultaban indistinguibles (pues sí, va a ser que sí) fue Robert Crumb, autor de algunas de las mejores páginas no ya del underground sino de la breve historia de los tebeos durante el siglo XX.
En esta especie de recapitulación vital -que incluye un cd con las múltiples bandas por las que pasó tocando el banjo- se alterna una selección tipo "best of" de sus trabajos con reflexiones a propósito para la ocasión. Mr. Natural, El gato Fritz, Flakey Foont, la mujer yeti, el keep-on-truckin´ y todos sus grandes hits tienen un hueco entre sus obsesiones vitales: su odio a la modernidad, su afición a los sicotrópicos, su amor por los viejos discos de blues de principios de siglo XX, su fascinación por el sexo humillante y los culos de mujer abundantes, su agrio enfado con un mundo que le resulta incomprensible y odioso a partes iguales y, en general su denuncia de la gazmoñería imperante, de la falsedad de los mitos de la sociedad del espectáculo , y de la alienación colectiva camuflada de libertad de consumo. Como casi toda su obra, imprescindible totalmente.
Ningún comentario:
Publicar un comentario
Deixa o teu comentario