los nuevos fuegos del hogar
Estoy en el patio del colegio durante el recreo, echando un ojo por las esquinas para comprobar que no andan los mayores fumando. Un grupo de sospechosos habituales se reunen alrededor de un banco, me acerco hasta ellos de manera visible, me pongo a su lado, hablan como si no estuviera allí sobre qué van a hacer el año que viene, el bachillerato, los módulos de formación profesional, el mercado laboral, la nada. La conversación decae y uno de ellos saca un móvil de última generación, todo pantalla y sonido estereofónico dolby surround. Willy, quieres ver un vídeo de gomaespuma?. Acerco la cabeza y todos se aproximan un poco más al objeto. Lo pone encima del banco. Alrededor somos ocho personas, siete adolescentes y un habitante de la edad del aburrimiento. Comienza el vídeo. Es una parodia de una clase en la que los tipos de gomaespuma hacen el papel de gitanos, y cada vez que la profesora les pregunta algo contestan de forma disparatada. Nos reímos con algunos chistes. Me hace más gracia la escena que el vídeo, desde la perspectiva del móvil se verían ocho cabezas inclinadas sobre el aparatito, escuchando a su alrededor historias que otros ya han contado antes. Antes de que termine el vídeo comienza a llover y nos dispersamos discretamente. El fuego vuelve al bolsillo del que salió. Me concentro en las siluetas de mis alumnos desdibujándose entre la lluvia a medida que se alejan buscando otro sitio en el que continuar su conversación. Me quedo solo junto al banco. Hace frío.
31 de maio de 2008
28 de maio de 2008
young marble giants vs lenny kravitz
Mañana, en la misma ciudad -Vigo-, a la misma hora, dos conciertos: por un lado Lenny Kravitz, figura intrascendente del pop rock de ayer, hoy y mañana, y por otro, los young marble giants autores de aquel legendario "collosal youth", disco seminal del post-punk, de vuelta a los escenarios casi treinta años después. Lamentablemente, la capacidad de atracción del primero supera con mucho a la de los segundos. Sin embargo, ojalá mañana jueves a eso de las 21.00 horas haya una multitud esperando para ver al trío de Gales mientras el norteamericano toca para cuatro gatos despistados.
Mañana, en la misma ciudad -Vigo-, a la misma hora, dos conciertos: por un lado Lenny Kravitz, figura intrascendente del pop rock de ayer, hoy y mañana, y por otro, los young marble giants autores de aquel legendario "collosal youth", disco seminal del post-punk, de vuelta a los escenarios casi treinta años después. Lamentablemente, la capacidad de atracción del primero supera con mucho a la de los segundos. Sin embargo, ojalá mañana jueves a eso de las 21.00 horas haya una multitud esperando para ver al trío de Gales mientras el norteamericano toca para cuatro gatos despistados.
23 de maio de 2008
michael chabon, jóvenes hombres lobo
Los primeros cuentos de Chabon, de mediados de los ochenta. Algunos son realmente deslumbrantes.
Aunque el sexo era algo que los dos percibían como peligroso, el matrimonio, por contraste, les había parecido seguro: una casa segura en un mundo de peligros. El refugio perfecto para dos almas temerosas y solitarias. Cuando estabas soltero, ésto era lo que te decía siempre todo el mundo que estaba casado. El mismo Daniel se lo había dicho a sus amigos que no estaban casados. Pero era mentira. El sexo estaba totalmente relacionado con la violencia, eso era cierto, y el matrimonio era al mismo tiempo un contenedor para la locura entre hombres y mujeres y una frágil barrera de contención contra la misma, igual que era la religión a la muerte y las leyes de la física a la inmensa cantidad de vacuidad absoluta de que estaba hecho el universo. Pero en el matrimonio no había seguridad de ninguna clase. Era una empresa incierta, un viaje en una nave sin probar, a través de un océano hostil,con un mapa que era una falsificación y sin más destino específico que la tumba.
Los primeros cuentos de Chabon, de mediados de los ochenta. Algunos son realmente deslumbrantes.
Aunque el sexo era algo que los dos percibían como peligroso, el matrimonio, por contraste, les había parecido seguro: una casa segura en un mundo de peligros. El refugio perfecto para dos almas temerosas y solitarias. Cuando estabas soltero, ésto era lo que te decía siempre todo el mundo que estaba casado. El mismo Daniel se lo había dicho a sus amigos que no estaban casados. Pero era mentira. El sexo estaba totalmente relacionado con la violencia, eso era cierto, y el matrimonio era al mismo tiempo un contenedor para la locura entre hombres y mujeres y una frágil barrera de contención contra la misma, igual que era la religión a la muerte y las leyes de la física a la inmensa cantidad de vacuidad absoluta de que estaba hecho el universo. Pero en el matrimonio no había seguridad de ninguna clase. Era una empresa incierta, un viaje en una nave sin probar, a través de un océano hostil,con un mapa que era una falsificación y sin más destino específico que la tumba.
22 de maio de 2008
plantas en ausencia de gravedad
Hace poco leí un artículo sobre un experimento en la estación espacial internacional sobre los efectos de la ausencia de gravedad en las plantas. Varias fotos acompañaban el resultado del estudio y todas ellas traspasaban con soltura el límite de "lo científico", llegando a resultar abiertamente perturbadoras. Se veían tallos que crecían en paralelo a la raíz, raíces que describían arabescos mientras las hojas eran muñones vegetales y formas híbridas en las que las partes de la planta resultaban difíciles de distinguir. El artículo decía que, sin la referencia de la gravedad, las plantas no distinguían "arriba" de "abajo", y, abandonadas a la posibilidad de todas las direcciones espaciales se volvían locas literalmente, convirtiendo su crecimiento en una especie de pesadilla que las conducía inevitablemente al colapso. No consigo recordar el motivo exacto de por qué me sentí tan concernido en aquellas imágenes de las plantas retorciéndose con desesperación. Como si la posibilidad de la libre elección de una dirección entre infinitas con total libertad sólo condujese a la autodestrucción. Por suerte, pensé, sólo es biología. Sólo eso.
Hace poco leí un artículo sobre un experimento en la estación espacial internacional sobre los efectos de la ausencia de gravedad en las plantas. Varias fotos acompañaban el resultado del estudio y todas ellas traspasaban con soltura el límite de "lo científico", llegando a resultar abiertamente perturbadoras. Se veían tallos que crecían en paralelo a la raíz, raíces que describían arabescos mientras las hojas eran muñones vegetales y formas híbridas en las que las partes de la planta resultaban difíciles de distinguir. El artículo decía que, sin la referencia de la gravedad, las plantas no distinguían "arriba" de "abajo", y, abandonadas a la posibilidad de todas las direcciones espaciales se volvían locas literalmente, convirtiendo su crecimiento en una especie de pesadilla que las conducía inevitablemente al colapso. No consigo recordar el motivo exacto de por qué me sentí tan concernido en aquellas imágenes de las plantas retorciéndose con desesperación. Como si la posibilidad de la libre elección de una dirección entre infinitas con total libertad sólo condujese a la autodestrucción. Por suerte, pensé, sólo es biología. Sólo eso.