15 de feb. de 2008

si mi vida fuera una serie de televisión la crítica diría:

Las primeras temporadas son un poco flojas. Hay pocos personajes y la acción escasea, pero la incertidumbre dominante hace que se mantenga -por los pelos- el interés. Hacia la mitad de la serie empieza una deriva preocupante en la cual aparecen multitud de personajes secundarios que entran y salen sin muchas explicaciones. Tras estas temporadas de desconcierto y deriva la cosa va cayendo progresivamente en el aburrimiento y la previsibilidad. Las últimas temporadas mejor no las vean. No pasa nada. Los anuncios que hay por el medio son más interesantes. Es fácil imaginar cómo termina.

Ningún comentario:

Publicar un comentario

Deixa o teu comentario