la generación domesticada
Ahora comprendo algunas cosas. Demasiado tarde y sin que me sirva para mucho. Tiene algo que ver con el lamento por la infancia perdida, con la adolescencica atravesada de ansiedad, con una juventud siempre por debajo de las expectativas, con la sensación permanente de incompletitud, con el cansancio al final de los días y con el escepticismo del que cree saber que casi todo va mal y que casi nada tiene arreglo. Toda esa mierda es la que me ha convertido en el ciudadano modélico que ansían los poderes que de facto dirigen con astucia nuestras vidas. Obediente. (Más o menos) ordenado. Poco protestón. Anclado a la comodidad. Siempre más decidido a no hacer algo que a hacerlo mal. Obsesionado con las menudencias derivadas del "yo". Incapaz de entender de una manera física, real, no intelectualizada, el "nosotros". Preparado para asumir un tipo de inmolación que tiene lugar todos los días a todas horas. Conformista. Cobarde. Perezoso. Dispuesto a hacer autocríticas estériles y a arrepentirse de todo a todas horas. Congelado en un instante perpetuo en el que no sucede nada. Uno más.
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