27 de set. de 2007

la estupidez como norma

El delirio buenrrollista de nuestras administraciones, empeñadas en demostrarnos que los ciudadanos somos una panda de tarados, parece ser un auténtico saco sin fondo en el que tirar miles de euros de la manera más ridícula posible. Me he enterado de que en mi ciudad existen unos cursos llamados "Vivir en parella é cousa de dous" promovidos por esa cosa esotérica que se llama concejalía de igualdad, que ofrece dos cursos exclusivamente para hombres en los que se enseñan cosas tan complejas como: a) planchar la ropa, b) hacer la comida, c) poner la lavadora y d) encender la aspiradora (nota: una de ellas es falsa). Otros dos cursos dirigidos exclusivamente a mujeres ofrecerán conocimientos tan sofisticados como: a) cambiar bombillas, b) arreglar enchufes, c) desmontar un grifo y d) poner en hora el microondas (nota: uno de ellos etc etc). Los otros dos cursos serán mixtos y ofrecerán instrucciones para la vida en pareja (este último promete!!!, aunque tanto buenrrollismo posiblemente los acerque más a un cursillo prematrimonial cristiano que a otra cosa). La concejala del ramo, mientras, superorgullosa de su tarea y con cara de estar convencidísima de que a este paso la igualdad real está hecha. Por diooooos...

La misma concejalía propone para dentro de dos meses otro supercurso: "supervivencia doméstica" dirigido a adolescentes algo perturbardos, supongo, y -ésto no lo dice- a todos aquellos que ignoran: a) que el dinero se acaba al gastarlo, b) que las cosas se ensucian/rompen/gastan al usarlas y hay que limpiarlas/repararlas/renovarlas, c) que telepizza no es la única opción para cenar y d) que los electrodomésticos pueden ser tus amigos si los tratas con amor.

Eso sí, de los cerebros que están detrás de este carrusel de genialidades, ni una palabra, no los vayan a reconocer por la calle.

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