31 de dec. de 2006

fin de año
Se acaba 2006 y noto en mí sensaciones nuevas asociadas al tramo final del calendario. La más persistente, la de ser un poco peor lentamente, día a día. Un proceso infinitesimal que, sin embargo, tiene manifestaciones puntuales que me delatan. El paso del tiempo me sienta mal. Las máscaras que he ido fabricando y puliendo con tanta paciencia desde hace años se van descomponiendo con calma pero inexorablemente. En el magnífico libro de Robertson Davies "el quinto en discordia", su protagonista habla de ésto en otros términos. Algo así como que el paso del tiempo nos va devolviendo a la niñez progresivamente. Va sacando a flote aquellos rasgos de nuestra infancia que nos afanamos en disimular tan trabajosamente. Llega un momento en el que nuestras máscaras ya no cumplen ninguna función, está ya todo hecho. Viene a decir que para el futuro sólo nos queda una especie de jardín de infancia terminal.

Feliz 2007.



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