28 de xuño de 2006

reencuentros
Me tropiezo en el supermercado a alguien de mi pasado remoto (unos 15 años sin vernos). Es un encuentro cálido con un trasfondo melancólico-vegetariano (detrás de nosotros, el lineal de las hortalizas). Nos ponemos al día en pocos minutos, mi vida desde la última vez que nos vimos cabe en una línea. La de ella es un poco más ajetreada: un nieto, un marido a la espera de un trasplante de corazón, uno de sus hijos viajando por el mundo adelante. Me dice "sigo teniendo aquel punto de locura", yo le digo "sigo siendo el tipo cenizo y plomo de entonces", "venga, no será para tanto", "bueno, algo he mejorado, pero en lo sustancial no hay cambios". Nos despedimos con los buenos deseos habituales en estos casos. Ella se dirige a la sección de productos de limpieza. Yo a la caja. Ignoro si hay un significado oculto en nuestros pasos.

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