10 de out. de 2005

unos cómics
Este fin de semana he estado en la estupenda tienda BD Banda Deseñada comprando unos tebeos y hablando un rato (unas horas) con sus responsables. De entre lo que llevé para casa, hay dos publicaciones que me han gustado especialmente:




El primero de los tebeos, a cargo de Hervé Bourhis y Rudy Spiessert (lo sé: imposible quedarse con esos nombres) recoge en clave de humor la historia de Guy, un respetado musicólogo especialista en jazz y en vinos caros que, en plena crisis vital -un matrimonio postizo, una hija adoptiva que lo odia, una vida centrada en la acumulación de discos de jazz a la que no encuentra sentido alguno-, se hace fan absoluto de Britney Spears persiguiéndola de concierto en concierto con la intención de conseguir hablar con ella. Lo que podría ser una sátira muy ácida de una cierta forma de entender la vida en la que los gustos propios son un pedestal inamovible desde el que establecer juicios definitivos sobre la especie humana, se queda en una parodia tirando a blanda -con final feliz incluido- con momentos divertidos y otros algo más amargos que resulta agradable de leer, pero que deja la sensación de haber frenado las intenciones iniciales de los autores. Hay un par de viñetas que me han parecido muy simpáticas:










El segundo de los cómics es el número dos de la serie de Hiram Lowatt & Plácido, a cargo de los magníficos David B y Christophe Blain, ambientada en un nebuloso e imaginario oeste americano de finales del siglo XIX. Si el primer número era una especie de fantasía amable en la que los objetos se rebelaban contra los colonos apoyando una revuelta india, este segundo presenta un giro imprevisto en el que la geografía brutal de los territorios conquistados convierte a sus nuevos y "civilizados" habitantes en unos seres terribles. Metáfora crudísima de cualquier proceso de colonización, el tebeo toma unos tintes oscuros -gráfica y narrativamente- que, de forma progresiva, convierten la inicial historia de "aventuras en el oeste" en otra cosa, intensa, violenta, salvaje y demoledora. El propio personaje protagonista, el civilizado investigador y biológo Hiram Lowatt, se convierte en una fiera desatada mientras su acompañante indio -Plácido- asiste a todo ello imperturbable, observando la terrible transformación de su compañero en una espiral que recuerda inevitablemente a el corazón de las tinieblas. Una sorpresa extraordinaria.

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