tengo una vaca lechera
la sección de obituarios del diario el país se ha convertido, lentamente, en mi favorita; la última perla extraída de ella, obra de fernando neira: la muerte del creador de la letra de la canción "tengo una vaca lechera"; su biografía, marcada por este hecho trascendente (corría el año 1946, cuando, viajando en tren por galicia, vio una rumbosa vaca que le inspiró las líneas inmortales; francisco garcía morillo fue el encargado de componer su inovidable melodía), está salpicada de hitos menores como los siguientes:
- trabajó de publicitario simultaneando su trabajo oficial de comisario de policía; eslóganes para flex, avecrem, fagor, philips y un larguísimo etcétera hablan del creador que marcó la visión publicitaria del mundo de aquellos que vivieron su infancia en españa en la década de los cincuenta y/o sesenta;
- trabajó en la editorial musical "canciones del mundo" junto a augusto algueró; el primer botones que tuvieron (tenía 17 años) le ponía música a todos los encargos que le mandaban; su nombre: raphael;
- formaba parte de la peña "los sementales"; uno de los integrantes de dicha peña era el médico julio iglesias puga, que, en la década de los sesenta le habló de la afición que tenía por el canto su hijo julio; sabiendo ésto y tras conocerlo, acabó siendo su representante; julio iglesias agradecería este gesto yendo al hospital a cantarle a su mujer "la vida sigue igual" cuando nació su tercer vástago
- en sus últimos años como comisario antes de jubilarse se especializó en la lucha contra la copia pirata de cassetes musicales...
esta asombrosa biografía, ejemplo perfecto del maridaje entre la caspa cultural de la época y el impacto social del régimen franquista, traza una asombrosa historia no oficial de españa; la españa cañí y casposa, indigente intelectualmente, al margen de cualquier contacto con el exterior, con el hilo de su propia historia completamente seccionado, que creaba subproductos culturales de la mano de personajes absurdos para un magma humano culturalmente indigente, dando a luz en el camino a un terrible imaginario colectivo de cantaoras de coplas, toreros juerguistas, bandoleros andaluces, mineros cantores, policías secretos, tunos salidos y vacas lecheras...
el que quiera trazar una genealogía de la miseria cultural en españa, puede empezar por éste hombre: jacobo morcillo, el tipo que dio vida a la vaca lechera
(la noticia completa aquí)
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