5 de ago. de 2004

art now
me acerco al marco (el museo de arte contemporáneo de vigo) para ver la exposición the last picture show: artistas que hacen uso de la fotografía; tendencias conceptuales de 1960 a 1982; la exposición está muy bien, en realidad no esperaba otra cosa dada la nómina de artistas que figuran en ella; aún así me sorprendió sobre todo la actualidad que tienen la mayoría de las imágenes, dando la impresión de estar por encima de modas o tendencias estéticas coyunturales: todas tienen esa urgencia de lo que nos es contemporáneo, y, al mismo tiempo, recogen un lenguaje que quizás ya sea el canónico en ésto de la fotografía en el mundo del arte; no sé muy bien como explicarlo, pero desde luego las temáticas que recogen y el modo de enfrentarse a ellas despierta en mí el reconocimiento de lo ya conocido y, al tiempo, la sensación de estar ante algo que aún conserva toda la energía de sus primeros momentos; también me regocija la fuerza crítica que late bajo muchas de ellas, y el reconocimiento de los discursos de resistencia que se gestaron en los años 70, cuya expresión plástica está en gran parte recogida en esta exposición;

está claro que una lista en la que figuran entre otros vito acconci, giovanni anselmo, john baldesari, beuys, boltanski, broodthaers, fischli&weiss, dan graham, haacke, barbara kruger, sherrie levine, sol lewitt, richard long, gordon matta-clark, ana mendieta, bruce nauman, helio oiticica, oppenheim, giuseppe penone, polke, edward ruscha, cindy sherman, jeff wall o andy warhol no puede tener (casi) nada que sea despreciable o menor...

por contraste, en el mismo museo, la muestra de vídeos denominada bad boys, vídeos de artistas españoles, produce irritación y bostezos: la nada absoluta con disfraz de cualité en forma de producciones más o menos apañadas en cuanto a medios; pero ¿qué se puede esperar de una lista de artistas en la que figuran carles congost o joan morey? (recomiendo estos vídeos para los amantes de revistas tipo neo2, especializadas en convertir lo irrelevante en transgresor y la banalidad en expresión artística contemporánea; la dirección del marco, amablemente, pone unos tatamis en el suelo para echar una cabezadita si uno no tiene demasiada prisa y no le molestan las chorradas camufladas como supuestos experimentos transgresores como fondo audiovisual para una buena siesta)

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