es verano, estoy de vacaciones
debería estar, como mínimo, relajado tirado en el sofá con un libro en la mano y la tele encendida sin voz, con el periódico en el suelo abierto por la página de deportes y los restos de un sandwich sobre la mesa baja y la ventana abierta al aire caliente y fragante de julio;
en vez de eso tengo en la cabeza un poema de alejandra pizarnik, y un puñado de mariposas en la boca del estómago
EL DESPERTAR
a León Ostrov
Señor
la jaula se ha vuelto pájaro
Y se ha volado
Y mi corazón está loco
Porque aúlla a la muerte
Y sonríe detrás del viento
A mis delirios
Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo
Ya no baila la luz en mi sonrisa
Ni las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis manos se han desnudado
Y se han ido donde la muerte
Enseña a vivir a los muertos
Señor
el aire me castiga el ser
Detrás del aire hay monstruos
que beben mi sangre
Es el desastre
Es la hora del vacío no vacío
Es el instante de poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada
(...)
Señor
Arroja los féretros de mi sangre
Recuerdo mi niñez
cuando era una anciana
las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón
Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña
es decir ayer
es decir hace siglos
Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis esperanzas
Qué haré con el miedo
[la mayoría de los poemas de la pizarnik se pueden encontrar en esta página: merece la pena detenerse un par de horas a leer todos los apartados que contiene el sitio]
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