14 de mar. de 2004

el vértigo
de viernes por la tarde a domingo por la mañana me voy al balneario de laias (ourense) a darle vueltas a los fundamentos de qué coño es eso de ser maestro, de qué va la cosa de enseñar; es una cita anual a la que vamos con gusto, a escucharnos unos a otros, a saber qué piensan tus compañeros sobre la propia tarea que desempeñamos, a hablar y a divertirnos tras las sesiones;

(así las cosas, frivolizando, el miércoles mi preocupación máxima era saber qué bañador iba a llevar a dicho balneario, para los ratos de asueto)

ayer sábado por la tarde-noche, viendo la cnn, con el estómago revuelto por las comparecencias sucesivas de acebes, tras los sucesos del jueves y el viernes, discutíamos sobre todas las posibilidades que se podrían abrir ante nosotros; la gente llamando a su casa constantemente: han agredido a alguien en vigo, en madrid todo parece en calma, que pasa en barcelona y valencia; al ver las caceloradas, los antidisturbios, el tono sacerdotal de rajoy, la escenografía de sus comparecencias, algunos compañeros, susurrando, dicen palabras terribles como golpe de estado; de miércoles a sábado, de la normalidad al precipicio;

en tres días todo un país conmocionado por una tragedia inasumible y por la inseguridad que da saber que las personas elegidas para llevarlo están dispuestos a todo por mantenerse en sus sillones; que esas personas que nos llevaron a una guerra pretendiendo que su efecto nunca llegaría hasta nosotros están dispuestos a todo antes que a reconocer las consecuencias terribles de su elección...

nostalgia del miércoles, nostalgia de la normalidad...

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