17 de dec. de 2003

fragmentos
en la revista de libros del mes de diciembre, en la crítica del nuevo libro de vila-matas (autor al que estoy irremisiblemente enganchado desde que hace miles de años f. me pasase "suicidios ejemplares"), una frase del propio vila-matas extraída de su última obra:

"no me gustan los relatos como historias comprensibles. Porque entender puede ser una condena. Y no entender, la puerta que se abre"

para ser sinceros, me hubiera gustado poder decirme a mí mismo "no he entendido nada", pero lo cierto es que la afirmación es tan exacta y explicita con tanta precisión en qué consiste a veces el enigma de la escritura que casi saco la botella de champán de las navidades pasadas de la nevera; quizás por ello algunos libros se vuelven tan magnéticos y las preguntas que nos formula su lectura tan insistentes; el momento más grande es ese en el que se abre la puerta, en el que el esfuerzo invertido tiene un efecto inesperado;

(¿alguien ha entendido algo? ¿sí? maldición, soy un desastre)



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