22 de dec. de 2002

navidad

un comentario de manuel r. rivero en su sección sub rosa de la revista de libros de diciembre cita a rem koolhas tras la inauguración de la supertienda de Prada en Soho: en un mundo en el que todo es comprar, el lujo total es no hacerlo.

en le monde diplomatique de diciembre, un artículo de Carolina Bescansa sobre la catástrofe del prestige: toda nuestra ira, toda nuestra cólera, enfriadas y convertidas en armas brutales de la mano de la lógica de los argumentos: obligatorio leerlo para tener en la mano algo más que el justificado cabreo en caso de tener discusiones en las cenas familiares que se avecinan;

me encuentro a dos exalumnas que están estudiando ya en la universidad y me relatan su experiencia como voluntarias en Muxía y Cambre respectivamente: el alto nivel de organización de los estudiantes universitarios frente a la fuerza bruta del ejército: me cuentan como talan decenas de árboles delante de las playas, cómo meten las excavadoras arrasando con todo, la falta de tacto al levantar el chapapote de la arena: no es lo mismo limpiar porque te lo ordena un superior que porque tú sientes la necesidad de hacerlo y eso se nota; como es habitual, la sección medioambiental militar es comparable a la música o la inteligencia militares, que decía un viejo chiste; me cuentan que no les dejan hacer fotos, que las que han hecho las enseñan a los profes en la facultad y que, ante la pregunta de ¿porqué no las mandamos a un periódico?, éstos les dicen que no hace falta, que ya hay demasiadas; les digo que me las manden a mí, que yo les buscaré un lugar (pequeño) para que alguna gente las vea, para que sepan que no nos vamos a olvidar facilmente de ésto; éste es el tercer fin de semana que espero en balde una llamada para que me manden a algún sitio...me siento entre gilipollas y culpable; mi amiga M.C. me cuenta el viernes su experiencia de dos fines de semana en Muxía, los mareos por la inhalación de gases, la frustración al dejar la playa limpia un día y volver al siguiente y encontrar todo igual o peor que el anterior, la rabia al ver las imágenes de los militares en las Cíes (nadie habla en los medios de que su forma de trabajar es bastante bestia, de que no lo hacen bien, y conste que no es una crítica a los soldados de a pie, sino a los patanes que los dirigen), la sensación extendida entre los voluntarios de frustración, me habla de gente indignada que viene de fuera de Galicia y que la tienen sin hacer nada durante dos o tres días, de grupos de voluntarios enviados a alguna playa remota de los que luego nadie se acuerda... me habla del desmadre que fue lo de Santamaría de Oia, de Mougás, casi tres mil personas autoorganizándose sobre la marcha, sin coordinación oficial, un caos sólo resuelto por la buena voluntad de la gente...
el martes me llaman de la historia de la vigilancia de las playas, una tontería, recorrer tres playas y anotar las incidencias; nos llevamos a cunos cuantos alumnos, hace el típico día invernal, las playas están relucientes, son Panxón, Playa América y Patos, las fotografío porque sé que en caso de marea negra en la ría de Vigo tratarán de conducirla a una de ellas, quiero tener un recuerdo por si llega ese día:


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