24 de dec. de 2002

navidad (5)

descubro en mis propias carnes que efectivamente el lujo absoluto es no consumir: hoy en media hora en la calle me han volado 200 €. A cambio tengo en casa una cierta cantidad de objetos perecederos que abandonarán pronto el hogar. Obcecado por volver a casa cuanto antes me salto casi sin querer un semáforo en rojo y me siento terriblemente culpable. Al llegar a casa hay un rápido trasvase de onjetos perecederos a mi estómago tras el cual todavía me siento peor que si me hubiera saltado un millón de semáforos en rojo. En mi correo electrónico un mensaje de S. (tb ex-alumna en época ya universitaria) que me dice que ha estado recogiendo chapapote en tres sitios distintos; toda su carta es un mensaje asombosamente optimista que termina así:

"sólo es cuestión de
moverse un poco y listo.
Esperemos que esto se acabe pronto."

Me quedo de piedra, todas las dificultades, la desorganización, la falta de medios, etc., son detalles menores ante una increíble voluntad de hacer cosas: "sólo es cuestión de moverse un poco y listo"; joder, con lo que me cuesta a mí moverme...
(por supuesto, la carta no ahorra críticas a los zoquetes que se han dedicado a hacer todo lo posible por dar la impresión de que aquí no pasa nada)

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