6 de nov. de 2002

frío industrial

hemos tenido que separar a nuestros dos perros por una temporada porque ella está en celo y él anda peor que si hubiera hecho un maratón de pelis imaginarias donluigi; (es curioso que uno pueda echar de menos a un perro, se entiende mejor aquello de "si quieres un amigo, cómprate un perro" ); ayer noche al sacar sólo al macho -la hembra, como tiene mejor carácter se la hemos pasado a mis padres que en un par de días ya no podrán vivir sin ella de tan simpática que es-, en medio de la niebla y el frío imaginaba a algún cretino poniendo bolsas de pega amparado en la impunidad de la avenida del aeropuerto vacía, oscura y neblinosa. Y para una vez que juego a los adivinos voy y acierto: algún descerebrado se ha dedicado a dejar bolsas de esas por ahí, en plan vamos-a-joder-un-poco-más-al-personal...tras ésto leo la hoja parroquial (el faro de vigo) y me sulfuro hasta que me duele la cabeza de la ira: periodistas mafiosos y traficantes de dolores ajenos; en el país, de manera sorprendente -estoy bastante escaldado de su idea de periodismo serio, objetivo y riguroso- no aventuran hipótesis ni difunden rumores tendenciosos, rebajo el nivel de mi ira a medida que las expresiones "tráfico de drogas" y "ajuste de cuentas" van desapareciendo de los informativos; la otra explicaicón plausible sin embargo, abre una etapa de incertidumbre altamente peligrosa...

voy al curso de filosofía con los deberes hechos y con ganas de decir algunas cosas sobre las tesis de Bruno Latour sobre filosofía política y filosofía de la ciencia y un polémico artículo suyo sobre una plataforma filosófica para crear un partido europeo de izquierdas, en el que de manera provocativa le enmineda la plana a los actuales partidos de izquierdas por sus semejanzas con los partidos de derechas...ante mis asombrados oídos desfilan una serie de intervenciones que me hacen sentir insignificante, semianalfabeto y ceporro; no abro la boca y las casi cuatro horas de debate encendido se me pasan volando; salgo satisfecho y feliz: tengo un foro semanal en el que escuchar opiniones rigurosas exquisitamente argumentadas y en el que la polémica se centra en la profundidad de lo expuesto; me dan un tocho de casi 100 hojas para la próxima semana: el principio de responsabilidad en Hans Jonas (el padre de la contemporánea ética ecologista) explicado en varios artículos; intentaré leerlo al menos dos o tres veces para poder intervenir al menos una vez y decir algo que tenga un mínimo de interés; llego a casa y el frío, la niebla y las bolsas me parecen algo secundario, soy un ingenuo.

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