28 de out. de 2002

veraneando a finales de octubre

el cambio de hora me ha dejado frito al alterar de manera estúpida mis rutinas habituales; leo en el periódico que el cambio de hora le supone a los gallegos un ahorro de 5 millones de euros; hago las cuentas, somos dos millones y medio, por lo tanto nos ahorramos 2 euros por cabeza ¿merece la pena estar una semana muriéndose de hambre en el trabajo o dando vueltas en cama sin que le venga el sueño a uno? no acabo yo de entender si este malestar vale exactamente dos euros...

por la tarde tengo casi dos horas para vagabundear y me voy a una terraza cutre en la playa de samil a leer mis apuntes del curso de política y tecnocracia sobre bruno latour, el ambiente es de estudiantes universitarios ociosos que me recuerdan a mí mismo hace ya algunos años...



mañana vamos a la huelga unos cuantos profes del cole para protestar por la ley de calidad; el tema ha generado una agria polémica en el cole por la desorganización de la convocatoria y el habernos dejado a los profes de la privada como fuera de ella; por encima del asunto pasta - que es sumamente importante, pero que para los sindicatos parece el único - está el espíritu de la ley: en sintonía con todas las anteriores de este gobiernillo (casos recientes: el decretazo, la ley antibatasuna, la terrible e ignorada LSSI -gracias a dealer por la info sobre ella- o la LOU) que carecen de otra motivación social que el sanear al máximo las cuentas del estado y liquidar todas las innovaciones en materias sociales básicas de los gobiernos socialistas (vaya por dios, aun voy a tener que defenderlos, con la de chapuzas que llevaron a cabo); por lo tanto, algunos profes del cole mañana nos vamos a santiago a manifestarnos contra la contrarreforma (aunque sepamos que la ESO necesita reformas, no precisamente las propuestas desde el ministerio de educación) ante el alborozo de nuestros alumnos que ¡querían venirse con nosotros!; al final irán mayoritariamente a la manifestación de estudiantes de secundaria que se celebrará en vigo, con gran ilusión, debo añadir...me hacen gracia los señores del gobierno al descalificar las protestas por considerarlas "políticas"; a ellos les dedico una frase de Bruno Latour extraída de su artículo "una plataforma (filosófica) para un partido (europeo) de izquierda": prescindamos de los que pretenden ayudarnos a prescindir de la política. A eso vamos.

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