fucking Amal
he ido al cine a ver fucking amal (de 1998: así estamos en este pueblo)de Lukas Moodysson, una historia de adolescentes suecas lesbianas (¡!) que me ha gustado bastante (parece hecho a posta tras el último cruce de mensajes pero no lo es: ha estado muy bien). Visualmente la película es bastante áspera (como señaló acertadamente dr. contra "un poco dogma"), con cierta tendencia al retrato de interiores (habitaciones, cocinas, baños) y una puesta en escena bastante desnuda. La película describe la vida de una pareja de chicas en un pequeño pueblo sueco (jodido Amal) en el que a los chicos sólo les interesan los móviles, el hockey hielo y echar un polvo (¿les suena?) de manera tremendamente ácida: los adolescentes que se nos presentan son una banda de simios poco evolucionados vestidos con ropa de marca (todos uniformados con chandales adidas o fila) especialmente dotados para hacerle la vida imposible a todo aquel que se aparte un milímetro de la “normalidad”. Y la protagonista principal, ajustada canónicamente a los patrones del “bicho raro” (no le gustan los chicos, no se lleva con sus compañeras de curso, le gusta la música clásica y la lectura y tiene unos padres discretamente preocupados por ella, incluso cariñosos y comprensivos con su soledad) se enamora de una de las cabezas huecas del grupo de las chicas, en apariencia tan descerebrada y conservadora como todas ellas, pero en la práctica muy diferente por su actitud vital. El conflicto entre los deseos propios y la presión del entorno social, afilado para cortarle el alma a todo aquel que no se ajuste al patrón de comportamiento considerado “normal”, articula todo el relato con un vigor narrativo encomiable en el que se combinan las escenas más terribles –un intento de suicidio con gillettes desechables con la cámara fija en la figura de la chica durante un par de interminables minutos– con otras muy crueles y divertidas a base de describir la estupidez del adolescente sueco medio (por tanto, occidental), embrutecido por su superabundancia material y su encefalograma plano. Maravillosamente fresca, e incluso optimista al mostrar a unos personajes que se sobreponen al peso aplastante de un entorno sutil y cruelmente censor en el que no se salva casi nadie, la película emociona porque todo el dolor y decisión de su protagonista, así como las dudas vitales de su amada y el ansia de llevar adelante la vida que quiere llevar convencen, emocionan, involucran al espectador y lo hacen partícipe de esas existencias tan frágiles y ten hermosas...un auténtico gusto.
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